martes, 7 de abril de 2009

El doctor Jiménez del Oso, profeta vital

El doctor Fernando Jiménez del Oso está entre mis referentes vitales. Todos saben que era un "enamorado del misterio" y un maestro para la actual generación de informadores de ese cajón de sastre que algunos llaman parapsicología o ciencias ocultas. Pero pocos conocen su dimensión como ser humano o que realmente se ganaba la vida como psiquiatra y que lo del misterio era tan solo una afición para él.

Hace como diez años que vino a Cáceres a presentar un libro llamado Brujas, las amantes del diablo en el colegio mayor Torre de Sande. Tras la charla le pregunté por un libro de un desconocido entonces Iker Jiménez sobre las Hurdes. Entonces me comentó que el chico prometía y que iba a ser uno de los grandes de esto de la divulgación de lo esotérico.

También recuerdo que era una persona que creía en las corazonadas y que no había acudido a dar una conferencia meses antes a Cáceres porque tuvo un pálpito segundos antes de montar en el tren. El era así.

Tampoco sabe el gran público lo creyente que era y la fe que tenía en la oración. De hecho, en uno de sus últimos escritos a unas monjas que rezaban por él afirmaba que Dios era su "mejor amigo". Sus compañeros de equipo le recuerdan por lo bromista (dibujaba cómics) a pesar de las distancias y lo complejo de algunos rodajes.

Solo lamento que en aquella ocasión no hacerme una foto junto a él. No soy mitómano, pero en este mundo de tanto fariseo y tanto conocimiento superficial se echa de menos a este sabio sereno. Refrán: Faltan sabios.