martes, 27 de agosto de 2013

Romance de la tenca

En estos tiempos de pregones en los pueblos en fiestas, de dudosa factura y más dudosa escuela, quisiera hacerle un sincero homenaje a nuestra simpática tenca. Celebramos las bodas de plata de su gran fiesta y merece que le dediquemos unas sentidas letras. Es un pescado humilde como una silla de enea, pero encierra los sabores de la naturaleza extremeña. El emperador Carlos V ya se enamoró de ellas y se extienden ahora por la ruta de las Chimeneas. Nunca le faltaron tencas en los muchos platos de su mesa. Para cocinarlas cualquier fórmula es buena: Al horno están exquisitas, pero frititas están estupendas, sobre todo las tenquitas más pequeñas. Yo las prefiero en moje, pero siempre regadas con caldos de la tierra. El pasado fin de semana se dio buena cuenta de ellas en Malpartida de Cáceres, anfitriona de la fiesta. Hubo artesanía, homenajes y un concurso de pesca al que asistieron aficionados de la comarca entera. Al limón, con tomate, con almendras, al jamón y a la vinagreta, con piñones, en salsa, a la cazuela, con plátanos, con piñones y con setas... Estas fueron algunas de las recetas con las que nos obsequiaron las cocineras. A mí me gustaron tanto que me comí media docena, acompañado de amigos y la buena gente de esta tierra. Al fin y al cabo la felicidad es ésa, estar con quien quieres gozando de las delicias más selectas, aunque sean este modesto pececillo que habita en las aguas más lentas, pero deseado por anzuelos de la geografía entera. Si en otros países este majar se descubriera estarían todo el día en la televisión hablando de ellas. Nosotros tenemos la suerte de que sea la nuestra, la desconocida y salvaje, pero siempre exquisita tenca.

martes, 20 de agosto de 2013

Un paisano en la Galería de los Uffizi

Cuando uno está lejos del terruño siempre es una alegría encontrarse con un paisano. Esto es lo que me sucedió este pasado julio, visitando la Galería de los Uffizi en Florencia, uno de los muchos y muy espectaculares museos de esa hermosa ciudad italiana. Cada día miles de personas procedentes de todo el mundo hacen colas durante horas para ver obras maestras de la pintura y la escultura. Muchas veces la prisa del viajero hace que nuestro cerebro solo retenga las obras más mediáticas y conocidas, como el Nacimiento de Venus, de Botticelli . Sin embargo, en una de las salas menos famosas, menos concurridas, dentro de la exposición dedicada a pintores extranjeros, pero no menos importante, me encontré con el Cristo Portacroce del pacense Luis de Morales , llamado 'El Divino'. Se trata de un óleo sobre tabla de pequeñas dimensiones, apenas 59 por 56 centímetros. Cristo lleva la cruz con una sobrehumana expresión de dolor que traspasa al espectador, con rasgos alargados y --según explican-- empleando la técnica del esfumado, propia de Leonardo . No es de extrañar, pues 'El Divino' tuvo un periodo de formación en Italia, según algunos expertos. Fue una alegría saber que la obra de un extremeño está en uno de los templos del arte mundial y delante suyo miles de viajeros la admiran a diario. Nosotros tenemos aquí más suerte. No hay que hacer cola para ver su retablo de la Iglesia de la Asunción en Arroyo o el de Barcarrota. Tenemos las obras arte a tiro de piedra, no en un museo, sino en las iglesias para las que fueron proyectadas pero... ¿Somos conscientes de este privilegio? Refrán: El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas.