martes, 27 de octubre de 2009

Nostalgia de la cultura

La reapertura de La Machacona, histórico café-teatro de Cáceres, me ha traído a la memoria nostalgias de tiempos pasados que siempre nos parecen mejores. ¿Es una ilusión o es que realmente lo fueron? La juventud juega un papel importante en la valoración positiva de esos instantes de felicidad. En La Machacona conocí al artisteo local y vi el nacimiento de los Premios Sanpancracio. En el ambiente de entonces había una mezcla de tierna ingenuidad y pasión por hacer cosas, como si en Cáceres subsistiera el último coletazo de aquello que se llamó Movida . Lo de los permisos y los horarios era secundario. Ahora esa candidez se ha perdido y los dueños de los bares pasan el quinario para conseguir la autorización hasta de los conciertos auspiciados por las instituciones. Hay miedo por la denuncia y menos público. Antes el jueves ya se salía. Ahora la crisis o la desidia mina la moral e instala la indolencia en el ciudadano, que se queda aburguesado en casa. A los conciertos vamos los de siempre, casi los mismos de entonces, con algunas bajas, con incorporaciones temporales de estudiantes con inquietudes por ver tal o cual exposición. Pero poco más. La cultura popular, la creación underground o como se le quiera llamar, se está disolviendo como un hielo en un güisqui con soda. Mientras, los de siempre disfrutaremos de joyas como los Qkino tocando en el María Mandiles, asistiendo al ritual de la cultura en estado puro. Somos los oficiantes de una secta, adicta a algo no apto para todos los públicos, al parecer. A ver si con la nueva Machacona la cosa cambia y crecen los adeptos a la vida. Refrán: La noche es cultura que se lleva el camión de la basura.