martes, 19 de junio de 2012

Un asesino respetuoso



Las decisiones de los jueces y jurados populares cada vez me resultan más enigmáticas. Especialmente curiosa es la reciente sentencia de un jurado popular que ha condenado al sevillano Antonio Gordillo por la muerte de una profesora norteamericana, Laura Cerna , a la que descuartizó y después arrojó su cuerpo al Guadalquivir. A semejante pieza le han absuelto del delito de profanación de cadáveres, pues entienden que al descuartizarla el objetivo no era "faltar al respeto debido a la memoria de los muertos", sino evitar ser descubierto.

O sea que te emborracho, te drogo, te niegas a tener relaciones y por eso te apuñalo en el corazón y te desmiembro pero no te falto al respeto. Madre mía. Por eso de los términos legales también se ha determinado que hubo alevosía pero no ensañamiento. Solo fueron 5 puñaladas en el corazón de nada, sin saña. De su comportamiento con esta mujer se deduce que tuvo una conducta especialmente inhumana. Le han caído 20 años de cárcel por su barbarie.

Recuerdo cuando Pedro Pacheco dijo aquello de que "la Justicia es un cachondeo" y se formó un gran revuelo. Es cierto que nos lo suele parecer cuando no se pone de nuestra parte o la sentencia nos perjudica. No obstante, como no somos expertos algunos recovecos legales nos resultan inexplicables.

Impartir Justicia es difícil. Dar a cada uno lo suyo lo es. Pero, a veces, uno tiene la sensación de que los jueces están muy alejados de la sociedad y de su evolución. Parece que simplemente se dedican a aplicar la ley sin la menor sensibilidad social y están siempre de parte del delincuente. Y si no que se lo pregunten a 'El Cuco'. Refrán: Cuando un hombre pide justicia es que quiere que le den la razón .