martes, 6 de septiembre de 2011

El organismo enobras de Fermín Solís

Entre las lecturas de este verano ha caído en mis manos el cómic Mi organismo en obras del cacereño Fermín Solís . Ha sido un feliz descubrimiento, aunque creo que llego tarde. Hacía mucho tiempo que no leía tebeos. Atrás, en mi adolescencia, disfruté con los Marvel Comic Group y sus superhéroes, ahora carne de adaptación cinematográfica. También leí Mortadelos y conocí a todos los personajes de Bruguera. Mis últimos encuentros con este arte fueron gracias a El Víbora y otras publicaciones similares.

Gracias a este divertido y profundo trabajo de Fermín Solís he vuelto a una adolescencia marcada por el Spectrum, las cintas de casete, los tebeos o la vida en la calle con los amigos del barrio, que él retrata perfectamente. ¡Qué tiempos aquéllos del chandal con hombreras! Me he retrotraído a las aburridas clases del instituto, la preocupación de los padres por la 'edad del pavo', los primeros acercamientos al otro sexo, los pelos de la barba, los videoclubes y todas esas cosas sutiles que ya pasaron, pero que están agazapadas en nuestro cerebro. Martín Mostaza es un personaje al que acabas teniéndole un especial cariño por su absoluta humanidad y porque te identificas con él. La belleza de la tristeza es el tema central de este trabajo gráfico que recomiendo sin reservas. Porque esa época pasada fue hermosa, aunque siempre tengo la impresión de que era rematadamente triste. La adolescencia traducida a música es sin duda un blues desgarrador. Fermín Solís la ha convertido en un cómic excelente. Refrán: En la adolescencia se es héroe o villano a diario