martes, 27 de noviembre de 2018

Otro nuevo asalto a la Bastilla

Tijuana ha vivido este fin de semana un primer intento de asalto a la Bastilla, prueba de que contra el hambre y la desesperación de los que nada tienen que perder los muros son inútiles. Los migrantes huyen de la miseria, del feminicidio, de los cárteles de la droga... Ven nuestros Blacks Fridays, las hamburguesas gigantes, la ropa que cambiamos cada temporada y quieren también gozar también de ese estatus.

En este mundo donde la información está globalizada, la tradicional estructura política de Estados nacida en Grecia se encuentra en franco declive. Las inmensas diferencias entre ricos y pobres espolean a los parias de la tierra a jugarse la vida. Ya lo han perdido todo. ¿Qué importa dejarse la vida en pos de un sueño?

No se trata de un fenómeno exclusivo de los EEUU. En España lo estamos viviendo casi a diario con el Estrecho, donde las pateras amargan la siesta de los bañistas y dan dolores de cabeza a los políticos. ¿Entenderemos alguna vez que nuestro estilo de vida es una invitación constante a saltar las verjas y cruzar los mares?

Ahora mismo, mientras internet ha borrado las fronteras informativas entre el primer y tercer mundo, se está fraguando una nueva llegada de migrantes y los más conservadores levantan muros que solo van a ralentizar lo inevitable.

De aquí a unos años tendremos que convivir con migrantes de todo el mundo, conoceremos sus formas de pensar, de vivir y de relacionarse con lo trascendente.

Creo que el respeto por ambas partes tiene que ser el criterio a aplicar. Ni se puede llegar a un nuevo país imponiendo credos ni tampoco se puede uno cerrar e nuevas formas de entender la realidades. El auxilio a los migrantes tiene que ser prioritario. De lo contrario, es territorio abonado para fanatismos y radicalismos. Es cierto que entre tanto migrante se puede colar alguna ‘oveja negra’. Hay que estar ojo avizor. Pero mezclarse es sano y nos hace mejores seres humanos. Refrán: Al corazón del amigo: abre la muralla; al veneno y al puñal:cierra la muralla (Nicolás Guillén).