miércoles, 27 de diciembre de 2017

El belén, tradición en peligro

La jornada de ayer tiene siempre para mí un especial significado. Como andaluz en la diáspora regreso a Sevilla para pasar la Nochebuena con mis seres queridos. Momento de reencuentros y de felicitaciones que siempre contrasta con el recuerdo de los que ya no están en la mesa junto a nosotros. Las sillas vacías en esas fechas son siempre motivo de desgarro interior. Entre las luces, las felicitaciones, los obsequios y todo lo superfluo las ausencias son como esos pellizcos emocionales que empañan lo que deberían ser momentos de felicidad completa.

En Sevilla, en casa de mis padres ponemos un belén en un largo aparador del vetusto salón. A lo largo de décadas no ha habido grandes novedades en su estructura. Alguna figura que incorporó mi tío, algún pastor de mi hermana y la disposición de las montañas que hizo con cartón, quizá una oveja que repuso mi madre, la fuente de agua eterna a la que el motor a veces se le estropea y que fue la atracción hace unos lustros…

Y como el río de Heráclito el escenario es siempre el mismo, pero siempre diferente. Ese portal es como el crisol de esperanzas de una familia y tiene jirones de la vida de todos sus miembros. Por eso, como si de un árbol-madre se tratara merece mi máximo respeto y veneración aunque no se trate de nada sacro en el sentido estricto de la palabra. Para mí y los míos es importante. En Sevilla los belenes son una tradición que se pasa de padres a hijos y que tiene una gran relevancia. Hay belenes en todas las iglesias, pero también en instituciones, empresas privadas, e incluso los periódicos tienen el suyo propio. Es habitual recorrerlos estos días, en gozosa peregrinación.

Por eso me duele y me parecen absurdos los ataques a esta tradición que supera los límites de lo religioso para convertirse en un sello de la identidad personal y familiar. Parece que la familia es el objetivo de las insidias de muchos colectivos sociales. Será porque funciona. Refrán: La familia te lleva a la peña, pero no te despeña..

martes, 19 de diciembre de 2017

‘Los últimos Jedi’, sin destripes

Sí, sin destripes, que a mí lo de la palabra spoilers me suena a anglicismo esnob. He visto este fin de semana el esperado Episodio VIII, Los últimos Jedi, última entrega de la saga Star Wars. Yo vi La guerra de las galaxias, siendo un infante, en un cine de Triana. Recuerdo las colas y a mi madre, que me llevó a ver una película que me dejó conmocionado.
No soy ninguna voz autorizada, no mucho más que los cientos de yotubers que ya comentan la película en internet. Lo cierto es que las estimaciones cifran en 380 millones de euros el total recaudado en el mundo por la proyección este fin de semana. Y eso es para quitarse el sombrero pues es difícil que ya --con un IVA salvaje-- un estreno ilusione tanto al público.
Multicines Cáceres estaba repleto, y había niños y padres que iban juntos a ver algo que le gustaba a ambas partes. La película no defrauda a los seguidores de la saga. El director ha conseguido mezclar con sabiduría todos los elementos exitosos de anteriores entregas: acción, humor, hijos que no saben quiénes son sus padres y la consabida lucha del bien y el mal.
Curiosamente los que más brillan en esta entrega dirigida por Rian Johnson son los actores que aparecen en casi todas las entregas Carrie Fisher (que sale volando literalmente por el espacio) y Mark Hamill, muy convincente en su papel de último y amargado jedi. En la peli hay de todo, de todo lo que esperan los fans: duelos a sable láser, criaturas espaciales sorprendentes y malos de la muerte (como la famosa estrella).
Mi único ‘pero’ es que se trata de un filme excesivamente enfocado al público infantil. Yo salí con ganas de comprarme un muñeco de Star Wars y mi sobrino, que aplaudió al final, pues ni os cuento. Creo que Disney ha tenido un gran acierto, pero a los adultos nos resultan ya algo ñoñas algunas de las tramas y subtramas pensadas más en el merchandising que en la epopeya galáctica. Aún así el filme entretiene y divierte, sin hacer pensar en mucho más, eso lo dejamos para las salas de arte y ensayo. ¿Existen aún? Refrán: A cuentas viejas, barajas nuevas.

martes, 12 de diciembre de 2017

Memoria (en verso) de un superviviente

Siempre he sentido fascinación por nuestros dos grandes cantautores patrios. Me refiero a los de la tierra extremeña: Luis Pastor y Pablo Guerrero. Creo sinceramente que si hubieran nacido en Brooklin o en Londres gozarían de más difusión, reconocimiento y predicamento del que tienen actualmente. Pero el talento no elige dónde nace y eso es a veces un lastre.

Luis Pastor acaba de publicar en Editorial Nórdica su libro Qué fue de los cantautores. Memorias en verso, y creo que merece la pena recorrer sus 128 páginas llenas de recuerdos vívidos y vividos. Este libro es un reconocimiento a varias generaciones de luchadores contra la dictadura que no han sido reconocidos llegada la democracia.

Hace unos siete años Luis Pastor había escrito y recitado públicamente un largo poema llamado Qué fue de los cantautores, que después tomó cuerpo en un disco homónimo. Durante una convalecencia de una lesión en una mano decidió extender este poema en una autobiografía en verso que ahora ve la luz.

La vida que perfila Pastor es un retrato en blanco y negro de un hijo de campesinos extremeños que emigra a la gran ciudad. Destaca en el texto la reivindicación de la conciencia de clase que aquella generación tomó y que cree que no se repetirá. Pastor siempre destacó por su compromiso revolucionario, que no exige al resto de cantautores en la convicción de que «los tiempos son otros». No obstante, sigue creyendo que, aunque su generación consiguió la paz social, los obreros han sido engañados y la cultura retrocedido. No puedo estar más de acuerdo. Indica que las luchas de su generación se han vuelto contra ellos mismos, como sucede en las comunidades autónomas. Un ejemplo es Joan Manuel Serrat, al que consideran ‘facha’ los independentistas catalanes. Para Luis Pastor mi reconocimiento eterno. No valoramos lo que tenemos. Refrán: Con tu puedo y mi quiero, vamos juntos compañero.

martes, 5 de diciembre de 2017

La ‘conexión pueblo’

La ‘conexión pueblo’ es un fenómeno paranormal que llevo observando desde hace unos años, concretamente desde que me casé. Se trata de una circunstancia sorprendente, casi mágica, de la que es protagonista mi señora, natural de Garrovillas de Alconétar. La llamada ‘conexión pueblo’ sucede como sigue: Cada vez que saludamos a un nuevo amigo o nos presentan a un desconocido éste siempre acaba teniendo relación con el pueblo de mi mujer. Pero siempre, siempre. Palabrita de la buena.

Y ella simplemente lanza al azar un par de nombres o varios motes... para que el interlocutor o interlocutora acabe reconociendo en la mayoría de las ocasiones que conoce a alguien de ese noble enclave extremeño de mis entretelas y las suyas. E incluso que algún familiar suyo hunde allí sus orígenes o residencia habitual u ocasional. La apoteosis sucede cuando él mismo reconoce que es de allí o que sus padres o hermanos lo son. Entonces hay fiesta.

A mí, al principio me parecía una mera coincidencia, pero con el paso del tiempo se ha convertido en un misterio que ni Iker Jiménez puede explicar.

Y no sólo nos encontramos a garrovillamos en Extremadura o en el territorio nacional. Recuerdo una vez visitando Kusadasi (Turquía) la antigua biblioteca de Éfeso hablando con unos viajeros españoles también apareció la ‘conexión pueblo’. Y me han contado de un garrovillano que fue a ver las pirámides de Egipto y se encontró a un paisano en Abu Simbel. Milagro.

Garrovillanos viajeros ilustres los ha habido a porrillo. Documentados están los del segundo viaje de Colón: Alonso Bravo (escudero) y Francisco de las Garrovillas (clérigo). Quizá debido a este último las ‘Altagracias’ pueblan las Américas. Porque la patrona de Garrovillas de Alconétar lo es también de República Dominicana, amén de otros enclaves en Argentina, Nicaragua y Venezuela. En La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa la Virgen de Altagracia es citada con profusión. ¡Dios mío la conexión pueblo otra vez!

martes, 28 de noviembre de 2017

Melocotones y turrones circulantes

Están ocultos en la despensa. No se sabe ya cuántos años. Son conscientes de que su caducidad es inminente. Les queda poca vida útil. Sin embargo, aguantan estoicos e impertérritos a que un día de estos tengas que hacer un regalo a un amigo enfermo o que tu cuñado cumpla años.

Son las famosas comidas-obsequio: melocotones en almíbar, turrones de marcas desconocidas, magníficos licores de sustancias increíbles como el tabaco, la bellota, o la mandarina, dátiles ya con aspecto de alpargata, peladillas con sabor amargo, frutas escarchadas por el tiempo y la memoria…

Ellos saben que ahora con la llegada de la Navidad, les llega la época de su mudanza. Porque siempre tienes algún compromiso, alguna visita a un amigo. Y cuando estás cogiendo el ascensor para ir a verle dices: «Mierda. No tengo regalo. ¿Y ahora qué le llevo?»

Entonces vas decidido a la alhacena. Suspiras aliviado. Allí están: turrones y peladillas mostrando su mejor sonrisa, aparentando un aspecto saludable a pesar de los años. Y coges lo primero que se te ocurre y lo metes en una bolsa, eso sí, que sea vistosa, a ser posible de El Corte Inglés.

Los alimentos-regalo ven el mundo solo en el trayecto de tu casa al domicilio del amigo obsequiado. Una vez allí, tras las frases laudatorias de rigor y la mediosonrisa de compromiso, vuelven a sus nuevas despensas a vegetar felices durante años hasta que un día alguien lea la fecha de caducidad y acaben en el Banco de Alimentos... O bien regalados de nuevo.
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Hace poco he sido obsequiado durante un periodo de convalecencia con unos bombones. Sospecho que son unos que regalé hace un año a un amigo común de quien me los obsequia ahora. Al final eso del eterno retorno de Heráclito es una verdad como un templo. Finalmente, no he tenido más remedio que comérmelos, aunque estaban resecos. Iban a caducar. Quizá le corresponda a mi amigo estas fiestas con un bote de espárragos de cuando la Expo 92. ¡Viva la economía verde y circular! Refrán: Raro es el regalo tras el que no se esconde algo malo.

martes, 17 de octubre de 2017

‘Posverdad’ y ‘poscensura’

He aprovechado el pasado día festivo para ponerme al día en términos relacionados cuyo significado no tenía muy claro. Así, me he dado cuenta de que la tan traída y llevada ‘posverdad’ ha existido toda la vida. La ‘posverdad’, a mi humilde entender, no es más que la verdad a medias, el bulo, el embuste sutil, el equívoco del que se aprovechan algunos, la falta de respeto a la verdad, las mentiras a medio cocer, lo que de toda la vida de Dios se ha llamado mentira. Vamos, la trola. Ahora con un prefijo latino algunos gurús de la comunicación nos quieren hacer tragar con sus particulares ruedas de molino, fabricadas a base de fraudes en el laboratorio de la consultoría.
El periodista tiene que luchar con las presiones de los poderes económicos y políticos, y con las fuerzas internas del medio en que trabaja. Antes los ‘tirones de orejas’ venían de las escasas cartas al director. Ahora la opinión de los lectores se articula en comentarios en los que, tras el anonimato, se esconden frustraciones, odios africanos, cuando no inquinas directas hacia el redactor.
En la era de la ‘posverdad’ ha nacido la ‘poscensura’, un miedo que a veces surge entre los redactores cuando escriben pensando en no levantar las iras de la legión de trols que, azuzados por intereses partidistas, se dedican a agitar los ventiladores de los comentarios para llevarse el ascua a su sardina. O también cuando los redactores escriben para agradar siempre a su caterva de palmeros.

Ahora todo el mundo se ha convertido en medio de comunicación. El ciudadano no distingue entre el bloguero, el informador, la web, la opinión de un trol, del Periscope o el periodismo auténtico. En ese río revuelto la gran víctima es la verdad, convertida en ‘posverdad’ y ‘poscensura’, no vaya a ser que alguien se moleste y te mande a los columpios con un comentario malintencionado en la red de redes. Refrán: Con el tiempo, es mejor una verdad dolorosa que una mentira útil. (Thomas Mann).

martes, 10 de octubre de 2017

Seriéfilos

Si no has visto House of Cards no eres nadie. Eso me decía hace pocas fechas un amigo. No entiendo esa pasión desmedida por ver series de televisión, que reina en todos los ambientes. Eso es indicativo de dos grandes cosas: una que tenemos mucho tiempo libre (algunos) y otra que nos están adormeciendo la mente. No entiendo cómo hay parejas que se pasan los fines de semana o las noches hasta altas horas de la madrugada hipnotizados por la caja tonta. Eso solo conduce a la idiotez y a no preocuparnos de temas que importan de verdad.

Las series norteamericanas arrasan. Me recuerdan mucho al ‘soma’ de George Orwell de 1984, que idiotizaba a la gente. Presentan mundos fantásticos como el de Juego de tronos, en los que se dirimen luchas entre reyes medievales.
La única serie que he seguido en mi vida es Verano azul. Lo que vino después fue degeneración. En el trabajo, en el bar, las conversaciones giran en torno a supuestos expertos en determinadas sagas ‘seriéfilas’. Yo me siento desplazado entre mis amigos porque quiero hablar del último libro que he leído o del periódico del día.
Existe la creencia de que las series españolas han subido mucho de nivel y algunas están a la misma altura que las norteamericanas. Eso es verdad en cierta medida. La factura técnica es mayor pero la fórmula es la misma: crímenes y tramas muy enredadas. Me dicen que El ministerio del tiempo es de un gran nivel. Yo vi un capítulo y era un disparate tras otro. Eso sí, la ambientación y los efectos especiales han mejorado mucho desde Anillos de oro, una serie de Ana Diosdado con amor, intriga y crítica social. Pero eso ya no lo queremos. El espectador no desea calentarse la cabeza, prefiere el encefalograma plano.
Mientras tanto yo seguiré desplazado en mi vida social y alucinado con que haya gente con tanto tiempo libre, enganchada a estos culebrones, mientras que los problemas sociales siguen larvados, creciendo y minando nuestros derechos elementales. Refrán: No hay opiniones estúpidas, sino estúpidos que opina

martes, 26 de septiembre de 2017

Boadella, profeta maldito en su tierra

La independencia del dramaturgo Albert Boadella está fuera de toda duda. Durante la dictadura se jugó la vida, literalmente, en defensa de la libertad y los derechos ciudadanos. En plena transición a la democracia, con La Torna, pieza en la que burlaba de los procesos judiciales militares, fue a la cárcel, de la que se escapó a Francia simulando un vómito de sangre. Con Teledeum la sátira de la Iglesia como institución le supuso a uno de los integrantes de su grupo Els Joglars la puñalada de un espectador airado.

Todo era una luna de miel con la clase política catalana. Pero Boadella –bufón libre y sin ataduras- fijó su mirada en el establishment catalán y en la sociedad que se estaba alimentando con la llegada de la democracia. ¿Cómo reaccionó ésta? Pues mal. Cuando al político se le pone delante del espejo no es capaz de asumir sus deformidades y corrupciones, que suelen ser muchas. Y más o menos de un 3% mayor de su tamaño original.

El surrealismo en el teatro nace con Ubú Rey, una pieza satírica de Alfred Jarry estrenada en 1896. Boadella se inspiró en ella y redactó Operación Ubú, y después Ubú President, en la que estaba claro que Jordi Pujol era el protagonista, encarnado por un magistral Ramon Fontseré. Desde entonces Boadella es un ‘traidor al país’ y Els Joglars unos apestados de los circuitos de teatro catalán. Para que un pueblo pueda considerarse maduro debe saber reírse de sí mismo y en este caso está claro que no sabe hacerlo.


Pero ese Ubú President de 1995 es un chiste comparado con la realidad actual catalana, en la que se ha educado poco a poco al pueblo en el odio al vecino. Recuerdo con cariño a Els Joglars en Cáceres representando Daliiiiiiiiiiiiií. Es una pena que por decir la verdad seas demonizado por tus paisanos. Cuando esto sucede es que la sociedad está muy enferma. Y los extremeños en la diáspora están sufriendo fuerte esa patología. Refrán: Los profetas y adivinos, embaucan a los cretinos.

martes, 19 de septiembre de 2017

Letras sangrientas

Me ha planteado un amigo el debate de las letras machistas de reggaeton. En principio me pareció un asunto menor, pero no lo es tanto. La invasión cultural allende los mares tiene un lado más perverso del que pensamos. Y como la música es uno de los elementos que conforma la personalidad de los más jóvenes es doblemente preocupante. De un tiempo a esta parte las letras de música electrolatina son una caterva de expresiones violentas y machistas que solo tratan de perpetuar un rol de gánster del hombre en las relaciones de pareja.

La mujer en estas canciones es como una especie de pelele al que hay que golpear, arrastrar, violar y vejar apoyándose en la idea de que es ‘lo que a ella le gusta’. Ya no es que se cosifique a la mujer, sino que se la agrede verbalmente. Sólo voy a transcribir una letra de uno de estos ‘poetas’ para no darles mucha cancha, pero para que veamos un ejemplo de lo que estamos hablando: «Si sigues en esta actitud voy a violarte, hey que comienzo contigo y te acuso de violar la ley así que no te pongas ‘alsadita’ yo sé que a ti te gusta porque estás sudadita». Antes las letras en inglés nos pasaban desapercibidas, pero en español son como un puñetazo en el cerebro.

¿Hay que prohibir esas letras? ¿Volvemos a la censura? Esa es la cuestión. Estos temas musicales lo único que tratan es de perpetuar la imagen del macho barriocéntrico, de actitudes gansteriles, estética cercana a los guetos norteamericanos, propias de los quinquis de los ochenta.


Creo, sinceramente, que no se deben prohibir. La libertad de expresión debe prevalecer. Eso sí, hay que señalar públicamente a los autores de estas aberraciones literarias, no contratarles conciertos, que no puedan a acceder a ayudas culturales y que sepan que con ese tipo de actitudes su carrera musical va a ser nula. Muchos jóvenes les imitan y creen que es cool ser como ellos. De nuestra mano está erradicar este rol de raíz. Refrán: Usa la razón, que la música no degrade tu condición.

martes, 12 de septiembre de 2017

Albardonedo, adiós al factótum del ovino

En la última edición del Salón Ovino de Castuera hubo muchos momentos para la emoción, como la entrega del primer premio Francisco Aragón a Juan Esquinas Balmaseda, natural de Cabeza del Buey y ligado al mundo del ovino toda la vida, especialmente desde el impulso al cooperativismo. Sus sementales Fleischaf tienen fama mundial.

Desgraciadamente su delicado estado de salud hizo imposible que el ingeniero técnico agrícola estuviera para recoger el galardón, cosa que hizo su hija sin poder articular palabra. Sin duda el mundo del ovino ha experimentado un importante desarrollo gracias a profesionales como él, desde la cooperativa Alanser y la presidencia de la Lonja Agropecuaria de Extremadura entre 2006 y 2010.

No fue el único gran reconocimiento. En los corrillos del Salón Ovino se barruntaba una noticia, que llegaba de boca de su protagonista: Diego Albardonedo, factótum de los Ovinos Precoces del país, anunciaba que el actual sería su último Salón Ovino. Albardonedo, la voz ajada y nasal más característica de las subastas de ovejas de España, se jubila.

Realmente nos deja alguien en el que todos los profesionales encuentran siempre interés y respuesta a sus preguntas. Le conozco desde mis primeras entrevistas en la Feria de Zafra y la Agroganadera de Trujillo. Hay fotos históricas de él con unas gafas de pasta que ahora nos parecen muy singulares. Siempre ha sabido explicarme la realidad del sector con mesura y análisis certeros. Le he pedido que en la próxima feria de Zafra me enseñe a distinguir las distintas razas de ovinos precoces. Seguro que, aunque soy muy torpe, al final conseguiré reconocerlas.


Como él muchos ganaderos, productores, mayorales y técnicos luchan cada día por elevar la calidad de la producción ovina regional, la mayoría de forma silenciosa y callada. Son nuestros héroes cotidianos. Refrán: Cordero que bala, bocado que pierde.

martes, 5 de septiembre de 2017

La Extremadura que sueño


El Día de Extremadura se aproxima. Es una jornada de celebración, pero sobre todo de reivindicación de lo que somos y de lo que nos gustaría ser. Yo sueño una Extremadura que camina junta, sin excepciones, para conseguir sus metas. Una región, por supuesto, con tren, con un ferrocarril igual de digno que el resto del territorio nacional. Pero que ese árbol no nos deje ver el bosque de carencias que aún tenemos. Porque pedimos un tren digno cuando la carretera que une Cáceres y Badajoz deja mucho que desear y eso sí que está en nuestras manos. Sueño una Extremadura libre cuyas demandas sean oídas y ejecutadas en Madrid, que no está en Moscú, sino a dos horas en coche. Me gustaría una Extremadura que no dependiera de lobis para hacer realidad sus sueños.

Quisiera una región en la que montar un negocio no sea una carrera de obstáculos en la que el emprendedor tenga que abandonar por hastío. Anhelo una Extremadura sin paro, en la que trabajar no sea una lotería, una utopía o algo que se consigue dando palmadas en la espalda a alguien. Me gustaría una región en la que todos estuviéramos de acuerdo en lo básico, y partiendo desde ahí construir el futuro. Me gustaría vivir en una región en la que el subsidio no sea la única manera de salir adelante, en la que el emprendedor sea valorado y apreciado, en la que los empresarios puedan crear riqueza y los trabajadores ayudar a generarla en condiciones dignas.


Sueño una región en la que la cultura sea uno de sus motores y el creador esté considerado como un generador de abundancia. Me gustaría una región sin diferencias entre provincias. Sueño con una región que sea ejemplo de igualdad entre hombres y mujeres, sin tics machistas. Quisiera un territorio donde su naturaleza esté preservada sin que ello suponga un menoscabo del asentamiento industrial. Quisiera una región que no sea un simple reservorio de votos, que cuando dé el puñetazo en la mesa sea escuchada con el mismo respeto que el resto. Refrán: Septiembre a fin de mes el calor vuelve otra vez.

martes, 29 de agosto de 2017

Las heroínas invisibles

Cuando el pasado jueves se conoció la amarga noticia del asesinato de Sofía Tato en Arroyo de la Luz mi primer pensamiento fue para las dos niñas pequeñas que se quedan sin madre. Después me acordé de Yolanda Martín y Rebeca Manzano. Son las agentes de Igualdad de la Mancomunidad Tajo-Salor. Imaginé cómo debían sentirse. Del fuerte dolor que han debido experimentar. Su trabajo es prevenir, formar e informar para que no ocurra lo que desgraciadamente sucedió. Pero eso no convierte su labor en estéril.

Hablé con ellas hace poco para un reportaje sobre los 25 años de la mancomunidad. Me pareció que su trabajo era más que un trabajo. Había en Yolanda y Rebeca un hondo compromiso con la ciudadanía, una vocación más allá de lo meramente laboral.

A veces no hacemos visible ni damos el valor que merecen muchas actividades, como en este caso la prevención y el asesoramiento ante la violencia. Estoy seguro de que gracias a su labor se han salvado muchas vidas. Ellas son heroínas silenciosas. Recuerdo, además, de que me alertaron de una involución en los comportamientos de algunos jóvenes. Los adolescentes, según relataban, controlaban los teléfonos de sus parejas y sus redes sociales, e incluso les marcaban pautas de comportamiento y vestimenta.

¿Por qué la generación supuestamente más preparada es la más retrógrada? Entiendo que los medios de comunicación tenemos responsabilidad en este aspecto, con nuestro lenguaje, a veces tibio y con resabios machistas. Las televisiones difunden un modelo de relación en el que el control de la pareja y la violencia verbal se consienten y alientan, con niveles de aceptación sorprendentes. El amor sencillamente no existe y se ridiculiza. El matrimonio se reduce a un contrato comercial en el mejor de los casos. Las canciones que triunfan son una apología de la sumisión, el engaño o simplemente la violencia más gratuita. Así nos va. Refrán: Boda, en igualdad, hasta en la edad.

martes, 22 de agosto de 2017

Los ‘queridos verdugos’ de Badajoz

Hace unos días nos ha dejado Basilio Martín Patino, genio del cine documental español nacido en Lumbrales (Salamanca). En principio podíamos pensar que no existe ninguna conexión extremeña con este creador de mirada dulce y penetrante que dominaba el arte de la narrativa cinematográfica. En sus películas destacan Nueve cartas a Berta (1966), Canciones para después de una guerra (1971), Madrid (1987), o La seducción del caos (1991). Su último gran filme fue Libre te quiero, con la voz del cantautor Amancio Prada, sobre la revolución del 15-M de 2011. Sin embargo, entre todas me gustaría destacar Queridísimos verdugos (1977) en el que hace una disección de la España más oscura, más casposa y analfabeta de la mano de los últimos tres verdugos del franquismo. Uno de ellos era el pacense Antonio López Sierra, quien desgrana los intríngulis de un oficio lleno de mitos, pero del que habla con total desparpajo y naturalidad.

Dominar el arte del garrote vil no es moco de pavo. Y parece ser que Sierra fue el encargado de ajusticiar al militante anarquista Salvador Puig Antic en la modelo de Barcelona. En teoría otro verdugo pacense, Vicente López Copete, tendría que haber sido quien le diera la vuelta al tórculo, pero estaba expulsado del cuerpo de verdugos por estupro. Así que le tocó el marrón a Antonio López, quien montó mal el garrote y le causó a Salvador más sufrimiento que el habitual.

Copete vivía en Badajoz y se desplazaba allí donde requerían de sus servicios. Ambos hablaban de que no todo el mundo tiene la habilidad para dar esa última vuelta de tuerca que acababa con el reo. En fin, una pena que durante el franquismo se utilizaran a los menos formados y a personas casi borderline para lavar los trapos sucios del régimen.
Basilio Martín Patino dejó un testimonio único que es un pedazo de nuestra historia y que no podemos olvidar, sobre todo para no repetirlo.

Refrán: De alcalde a verdugo, ved cómo subo.

* Periodista

martes, 11 de julio de 2017

Sanfermines, stop a las agresiones sexistas

Todos los años escribo sobre las agresiones sexuales en los sanfermines. Y éste no va a ser menos. Nunca entenderé cómo una fiesta puede aprovecharse para justificar o cometer un delito. El año pasado fue el año de La Manada. Como si se tratara de un grupo de cabestros, unos desalmados presuntamente violaron a una muchacha y se enviaron por teléfono móvil la fechoría. Los sanfermines atraen a millón y medio de personas. La ciudad tiene 200.000 habitantes. Pero esa aglomeración humana no debe ser un escudo para el ‘todo vale’ por parte de descerebrados amparados en la muchedumbre. El Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra han hecho un llamamiento público para acabar con las agresiones sexistas en los sanfermines. Sí, mucha foto, mucha publicidad, pero lo cierto es que los que comenten esos delitos ni ven la televisión, ni leen la prensa, ni aunque lo hicieran les calaría el mensaje. Ya ha habido denuncias de abusos e incluso sentencias tras un juicio rápido.

Cuando ya tienes una base machista marcada a fuego en la infancia es muy difícil cambiarla a base de poses en fotografías. También es una pena que una fiesta que fue dada a conocer al mundo por Hemingway en una novela vea arruinada su imagen por el comportamiento de unos pocos salvajes. Lo cierto es que los sanfermines son mucho más que un encierro matinal y una corrida de toros. Hay multitud de actos familiares y entrañables que no traspasan las fronteras informativas y que son muy bellos, más que la borrachera continua que algunos nos quieren vender. El ayuntamiento este año ofrece un taller de supervivencia sanferminera para jóvenes. Consiste en enseñar a cocinar, limpiar la ropa y la casa y hacer pequeños arreglos en el hogar. Malamente va esta sociedad si tenemos que decir a nuestros muchachos y muchachas que tienen que lavarse. Eso debería ya llevarse aprendido de base. Es una obviedad. Refrán: Por San Fermín el calor no tiene fin.


martes, 4 de julio de 2017

Camarón, 1991 concierto en Mérida

Cuando en 1991, José Monge Cruz, conocido universalmente como Camarón de la Isla cantó en el Teatro Romano de Mérida ya era un artista en declive. Falleció apenas un año después. Aún así, los destellos de genialidad seguían asomando en cada uno de sus melismáticos quejíos. Camarón siempre tuvo ‘duende’. Los músicos nos pasamos la vida buscándolo. Fue Federico García Lorca quien dijo al escuchar a Falla que tenía duende, y al preguntarle por esa cualidad la describió como ‘sonidos negros’. Efectivamente, Camarón cantaba en Mérida y desgranaba sus ‘quejíos negros’, aunque cada vez más mermadas sus cualidades líricas por el cáncer de pulmón que padecía y una vida algo errática. De personalidad voluble, era siempre un misterio si finalmente se subiría o no al escenario a cumplir con sus obligaciones contractuales. Los genios -y él lo era- son así.

Se cumplen 25 años de la muerte de José Monge Cruz, pero no de Camarón. Él es eterno, un superhéroe de barrio, un santo laico gitano pero por el que sienten devoción los amantes del flamenco.

Con su disco La leyenda del tiempo consiguió algo único. Cuando nadie hablaba de fusión y siendo él uno de los flamencos más puros, mezcló bajos eléctricos y sintetizadores con bulerías, alegrías y fandangos. Creó algo nuevo, que no era fusión, que no era una simple mezcla bien hecha. Muchos son los que cantan, tocan y componen. Solo los auténticamente tocados por la ‘varita del de arriba’ logran crear verdaderamente algo nuevo. Él lo hizo. Y se convirtió no solo en icono de los gitanos, sino de la música universal, gracias a un talento arrollador y gigante.

martes, 27 de junio de 2017

Las lágrimas de Atanasio

Los padres de Atanasio Naranjo, colonos del Plan Badajoz, jamás pudieron imaginarse que su hijo acabaría apodado el ‘rey de la fruta de hueso’. Por eso, sus lágrimas, las que afloraron el otro día en el Palacio de Congresos de Cáceres, se comprenden mucho mejor. Recuerdo cuando en 2009 acudí a su central hortofrutícola con motivo de la ampliación de sus instalaciones. Dicen que los empresarios son buenos cuando insuflan a sus trabajadores la cultura que les impulsa cada día a batirse el cobre por crear riqueza. En Zurbarán, ya entonces se hablaba de la ‘cultura Tany’, que no es más que darlo todo. Sencillo y complicado a la vez. Por cierto que gracias a Tany esta entidad local menor villanovense que no llega a los 1.000 habitantes no tiene paro. Un milagro con el nombre y los apellidos de este señor que se fue a Madrid con 17 años a vender fruta.

No me extraña que se le salten las lágrimas cuando se convierte uno en la empresa más grande de España y Europa que produce, envasa y la distribuye fruta de hueso. Eso después de bregar con los proveedores, medirse con las grandes empresas, pagar religiosamente a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria, y quebrarse la cabeza en buscar nuevos mercados y tecnología. Y ese espíritu luchador no solo se ha quedado en él. Su hijo, José María Naranjo, es el director de Ventas y Márketing de la firma. El año pasado ya enviaron 18 toneladas de ciruelas a China y este año continúa abriéndose paso en el difícil mercado asiático.

Cuando hace casi una década fui a Tany Nature esperaba ver las típicas mesas clasificadoras llenas de mujeres, esas a las que Atanasio dedicó su galardón. Las había, pero ahora robots hacían la clasificación de la fruta por su color y eliminaban las que no reunían los estándares de calidad. Parecía ciencia ficción. Hace poco Tany puso en marcha un equipo de ciclismo, lo que revela que la empresa tiene cada vez más músculo social. Sí, a veces las lágrimas también brotan de los ojos de los empresarios y no siempre tienen que ser por disgustos. Refrán: El éxito es una cuestión de perseverar cuando otros ya han renunciado

martes, 20 de junio de 2017

Los Premios Empresario en la nostalgia

Mañana los Premios Empresario del Año llegan a su vigésimo segunda edición, que ahí es nada. Por eso bucear en nuestra hemeroteca produce un vértigo especial. El 11 de diciembre de 1996 salía a la calle el primer Especial Empresas. La cena el día anterior en el hotel V Centenario deja fotos para la historia de este diario, que se publicaron en un suplemento especial. Todos tenemos mucho pelo y de color negro. También se echan de menos personas que en estas dos décadas han dejado de estar con nosotros. Entre ellos destaco a Inmanol Orcajo, jefe de prensa y marketing de Feval; Cándido Cabrera, alcalde de Plasencia; Manuel Bermejo, presidente de Agroexpansión; el constructor Claudio González Tovar; y, por supuesto, Matías Rumbo, director comercial de EL PERIÓDICO EXTREMADURA y uno de los impulsores e ideólogos de esta aventura comercial tan longeva. Aunque él siempre tuvo el pelo plateado y en esa ocasión ya lo lucía. Aquella noche se anunciaba la puesta en marcha de los galardones en medio de un clima de ilusión ante la presencia de José Luis Martínez, director de Prensa Diaria de Grupo Zeta.

Produce cierta impresión al lector ver los rostros de empresarios de la construcción a los que por entonces nadie tosía y que ahora están sencillamente desaparecidos, unos más que otros. Recuerdo a Carlos Sánchez Polo, vicepresidente de la Junta de Extremadura, y al alcalde de Cáceres, José María Saponi, que siempre largaba el discurso de Cáceres, ciudad bimilenaria. Fueron aquellas primeras ediciones tiempos de inocencia. Con el paso de los años los profesionales de El Periódico Extremadura se han perfeccionado en la preparación de este acto. Mañana en el Palacio de Congresos culminarán los esfuerzos de muchos trabajadores del rotativo en pos de dinamizar la región. Y que dure. Refrán: Si dejas que pase el tiempo sin hacer nada, pronto te darás cuenta de que solo vas a vivir una única vez


martes, 13 de junio de 2017

Cáceres, ciudad moribunda


Me duele tener que escribir estas palabras, pero es un tema de conversación habitual y, de alguna manera, quiero ponerlo sobre la mesa del debate. La verdad es amarga, pero hay que echarla de la boca, ya lo dijo Quevedo. Paseo por las calles de Cáceres: Todo son negocios que se cierran, se traspasan o se venden. Y no todo hay que achacarlo a la crisis inmobiliaria. La avenida de Alemania cambió sus establecimientos de compra-venta de pisos por otros de oro y empeños. Triste pero real.

Me estoy refiriendo a otras zonas de la ciudad, sin negocios, sin vida, moribunda. Cuando parece que florece un negocio apenas dura abierto unos meses. Cáceres se ha convertido en un espacio yermo, en el que para que cuaje una iniciativa hacen falta muchos factores.

¿Dónde compran los cacereños? ¿Por internet? ¿Se van todos a Badajoz en peregrinación a El Faro? Si esto fuera así sería un síntoma funesto, de que la ciudad está dando las ‘boqueás’. Recuerdo que cuando llegué a Cáceres hace ya casi tres décadas, todo parecía que se estaba descubriendo, que los negocios florecían y que los pequeños comercios tenían una salud económica a prueba de bombas.

Cuando pregunto a los empresarios sobre las causas de esta situación me refieren dos: la gran cantidad de trabas burocráticas y la desunión reinante en cualquier sector. Aquí parece que todos hacen la guerra por su cuenta y que todo el mundo se ve como competencia nada más poner el pie en la ciudad. Qué pena, porque en unos años el panorama puede ser catastrófico de continuar las cosas como hasta ahora.

En domingo la situación es peor aún: Todo está cerrado. Solo está abierto un centro comercial, pero para pasear por su interior. Lo que nos queda es pasear Cánovas arriba, Cánovas abajo, como una especie de peregrinar eterno. Y todos saludándonos, como repitiendo un mantra: Hola don Pepito, hola don José

martes, 6 de junio de 2017

Último ‘Al vent’ de Raimon

Si de algo está falta la sociedad actual es de coherencia y compromiso, las dos claves que han guiado la carrera del cantautor Raimon (Xátiva, Valencia). A finales de mayo daba en el Palau de la Música de Barcelona su último concierto. No puede uno pensar en ello sin tener la sensación de sentirse huérfano. Faltan referentes, faltan guías, y los mensajes de Raimon todavía están vigentes después de décadas. Y es que ahora no hay dictaduras a las claras, pero no hay duda de que estamos sometidos sibilinamente a poderes políticos y económicos.

Raimon, al contrario que otros compañeros de profesión, ha optado por la discreción y la sobriedad para despedirse. Su último Al vent ha sonado. También lo hicieron sus otros temas famosos como Diguem no! Acabó su concierto con un puño cerrado cantando, claro está su Com un puny. En los bises sonó Jo vinc d’un silenci, durante el que se escucharon algunos gritos de ‘independencia’ que fueron acallados sabiamente por el público.

Raimon ha sido, como Dylan y otros tantos, un poeta que, además, ponía música a sus textos. Y hay que reivindicarlo no solo como el cantautor antifranquista de la transición que fue, sino como todo un literato y un ejemplo de compromiso con el pueblo. En momentos de zozobra como el que vivimos tener su obra es todo un tesoro. Muchos me dirán que está escrita en catalán. Hay ediciones bilingües preciosas que nos dan una idea de la altura poética de sus textos. Sus canciones además tienen ese poder de unir a los ciudadanos contra la injusticia, contra el poder que impone sus silencios, y anima hacerlo con valentía, con las manos, con el pecho al viento, sin miedos. Efectivamente, de los escenarios se nos va alguien que no es de este mundo, personal e irrepetible. En medio de los estertores del viejo orden mundial su mensaje está ahora más vivo que nunca. Refrán: Al viento, la cara al viento, el corazón al viento, las manos al viento, los ojos al viento, al viento del mundo (Raimon).

martes, 23 de mayo de 2017

Curas de barrio, héroes cotidianos

Últimamente los sacerdotes de la Iglesia Católica acaparan los titulares de prensa. Y no por buenas noticias: Pederastia, abusos, condenas, problemas con la Justicia… No es de extrañar por tanto que una gran parte de la sociedad no quiera saber nada, ni de la institución eclesial, ni de quienes la representan con más o menos acierto a pie de calle.

Sin embargo, quisiera acordarme de aquellos sacerdotes de barrio que sí viven de acuerdo con el Evangelio y que no aparecen en los medios de comunicación, realizando una labor callada, pero útil y cercana con la sociedad.

Ha fallecido ‘don Andrés’, el que fuera cura de mi parroquia en Sevilla. Es curioso como aunque ya el ‘don’ ha caído en desuso sí se le sigue aplicando a aquellos sacerdotes que tienen para la comunidad donde trabajan un significado especial. ‘Don Andrés’ no tenía posesiones. Vivía en la pobreza franciscana más absoluta. Llevaba gruesas gafas de pasta negra, el pelo alborotado y lleno de caracoles. Comía en los bares. Fumaba como un cosaco ruso. Estaba en contacto con la gente y sus problemas en un barrio donde campa la droga y la miseria y, si podía, les auxiliaba.

Todas las navidades me regalaba un ejemplar del Evangelio Comentado con una dedicatoria garrapateada e ininteligible. Ayudó a mi madre a morir en paz. La labor de estos sacerdotes pasa desapercibida y me parece muy injusto que así sea.


Parece que en El Salvador se quiere reabrir el caso del asesinato impune de monseñor Óscar Arnulfo Romero, ahora beato de la Iglesia Católica. Lo asesinaron paramilitares (o sin el para) el 24 de marzo de 1980 en la capilla del hospital para cancerosos La Divina Providencia, mientras celebraba la eucaristía, por incitar a la rebeldía de los campesinos contra la explotación y la pobreza. Este año se celebra el centenario de su nacimiento. Sería estupendo que la efeméride coincidiera con que se haga justicia con él. Refrán: Cura de aldea mucho canta y poco medra.

martes, 9 de mayo de 2017

Lágrimas de madre

Hay lágrimas de rabia, de dolor, de ira, de pena, pero hay otras, las que más me interesan: las de amor. Son las más difíciles de ver y suelen ser las madres quienes las lloren. Este domingo ha sido el Día de la Madre y conviene siempre recordarlas.

Es lo que sucedió la semana pasada en la entrega de los II Premios Turismo de el Periódico Extremadura. El mago extremeño de los fogones en Reino Unido José Pizarro fue reconocido con el premio a la Gastronomía. El chef trabaja a destajo en sus numerosos establecimientos en el extranjero y le era imposible venir a recoger el galardón, una hermosa y por cierto pesada estatuilla transparente. Por eso envió un vídeo desde sus cocinas londinenses para agradecer el reconocimiento. Su madre, Isabel Cerro Flores, recogió el premio en su nombre, mientras se le saltaban las lágrimas y enviaba besos con la mano a su hijo en la diáspora. Todo ello sucedía en el interior de la iglesia de la Preciosa Sangre ante la mirada de los invitados. Esos son los besos que realmente no se olvidan, los que traspasan el espacio y el tiempo para llegar a sus destinatarios como el suave vuelo de una paloma.

A mí casi se me saltaron también las lágrimas con la interpretación de Gene García de Bye, bye, Blackbird, un tema de Ray Henderson con letra de Mort Dixon. Al piano, Pedro Calero derrochó su virtuosismo y maestría a partes iguales.

Recuerdo una canción de Luis Pastor llamada Mar de lágrimas, en la que explica los diferentes tipos de lágrimas que existen: desamor, desconsuelo, de cocodrilo, de sueño…

Fue una noche llena de encanto y el mundo del turismo de calidad ya tiene en sus agendas marcadas en rojo para no faltar a esta cita anual. La noche --con una temperatura ideal-- fue propicia en todos los sentidos, porque en el gastronómico el Jardín de Ulloa dejó saciado al personal. Refrán: Puedes olvidar / con quien has reído / pero nunca olvidarás /con quien has llorado (Luis Pastor).

martes, 2 de mayo de 2017

Distintas percepciones de la realidad


Es curioso como ante un mismo hecho cada ser humano tiene una experiencia diferente. Un ejemplo es el reciente caso de la chica del tranvía de Murcia.

La ciudad del Segura amaneció empapelada hace unas semanas con la emocionante carta de un muchacho de 23 años que buscaba a una chica de la que se había enamorado una noche volviendo de fiesta en el tranvía.

Los medios de comunicación regionales quisieron ver una historia romántica y todos deseaban un final feliz, un reencuentro entre los dos muchachos. Las palabras con las que él describía la escena estaban llenas de pasión y, lo que es más inquietante, de detalles. Nada más lejos de la realidad de ella. En este caso verdad ha estropeado los titulares.

La percepción de la muchacha -que ha distribuido también pasquines con su airada respuesta- era radicalmente distinta.

Se sintió acosada y detalla que ojalá nunca se hubiera subido a aquel transporte, que le hizo al chico gestos ostensibles de hostilidad, que a pesar del rechazo el joven le hizo gestos para que se bajara con ella en una parada, que llamó a sus amigas para tranquilizarlas porque habían pensado que estaba en peligro…

No deja de sorprenderme cómo alguien que piensa que está poseído por el sentimiento más noble y elevado del ser humano, en realidad lo que esté es a punto de cometer un delito. Los resabios machistas no desaparecen a pesar de tanta campaña. Él -que dejó su número de teléfono en los pasquines- no deja de recibir ahora amenazas.


martes, 25 de abril de 2017

‘Simpas’ nada simpáticos

Es curioso cómo la moda de largarse sin pagar de restaurantes despierta la simpatía de muchos ciudadanos de a pie. Sin embargo, esa identificación que nos hace ver a los infractores como auténticos Robin Hood modernos es totalmente torticera y equivocada. Veo que cada vez está más extendida esa moda de huir de un bar a toda prisa una vez que se ha realizado la consumición. Y que eso se hace como una gracieta. Hace poco me lo confirmaba el propietario de un establecimiento en Isabel de Moctezuma. El resultado es que ahora los camareros exigen el abono de las consumiciones una vez que se han depositado en la mesa que están sirviendo. Mal para ellos y para peor para los clientes.

Otro ejemplo. En una gran superficie especializada en la distribución al por mayor y que permite la adquisición de productos a particulares han instalado una suerte de cámaras por todos los pasillos y contratado a trabajadores que literalmente ‘siguen’ a los clientes durante la elección de los bienes. Han colocado un cartel que indica que se han producido tantos robos que se han visto obligados a trabajar así.

Y yo me pregunto si es comparable el ‘simpa’ del que se va de un bar sin pagar por hacer una gracia o el que roba alimentos porque simplemente necesita comer. Evidentemente no. Sin duda el ‘simpa’ no es tampoco agradable para el pequeño empresario que ve cómo se esfuma su esfuerzo y su trabajo. Él también es un ciudadano más, agobiado por impuestos, burocracia y administración. Me parecen fatal estos hurtos a personas que malsoportan la crisis como todos los mortales. Otra cosa es hacerle un buen ‘simpa’ a los que nos están quitando cada día dinero y llevándolo a paraísos fiscales. Pero contra ellos no hay arrestos. Me encantaría que un día los Bárcenas de turno se encontraran con que no pueden trincar más porque les hemos dejado el cajón vacío. Refrán: Más vale poco y bien allegado, que mucho y robado.

martes, 18 de abril de 2017

La mercadotecnia de El Fori en Acehúche

En muchas ocasiones asisto a sesudas conferencias sobre estrategias de marketing y promoción turística, en las que el ponente hace exhaustivos estudios sobre cómo atraer a más viajeros a Extremadura. Pero quizá estén equivocados en sus planteamientos.

Hace unas semanas, tras visitar la Feria del Queso de Cabra de Acehúche salí a explorar los establecimientos de restauración del pueblo que acoge esa muestra especializada. El queso da sed y la barra del pabellón deportivo donde se desarrollaba estaba saturada, así que decidí darme un garbeo en busca de un bar. Entonces me topé con un establecimiento sin apenas rótulo, que desde fuera parece una casa particular, con su cortinilla de plástico. Dentro, la primera impresión es la de un bar de pueblo con sus fotos de chicas voluptuosas en las paredes, venta de gorras para el sol del campo, quincallería variada, e incluso una de esas horrendas gafas de sol gigantes que lucen en la Puerta del Sol en Nochevieja.

El panorama se completaba con un comedor que a la vez se utilizaba como almacén de productos del bar. Incluso era visible una caja de dulces con una guitarra flamenca encima. El equipo de sonido estaba en el centro del local, con cables por todos lados.

Más detalles. En la zona del camarero había una suerte de decoración barroca de botellas de licor e incluso una caja de pegamento para la dentadura postiza encima de la registradora. Pero Sinforiano (‘Fori’) nos puso unas cañas y como es hombre de gran volumen corporal y de palique agradable decidió ponernos, sin pedírselas, raciones de platos que él cocinaba con una maestría digna de un auténtico chef: chanfaína, arroz, platos de callos, altramuces... Exquisitas.Su hospitalidad y cariño sobrepasaron con creces cualquier atención de un restaurante de la Guía Michelín.

martes, 28 de marzo de 2017

El adiós extremeño de Gómez Borrero

Convento de las Jerónimas en Garrovillas de Alconétar. Hace apenas tres meses. Todo es silencio ante la Virgen de la Salud, hierática en su hornacina. Al piano está Luis López. Luz tenue de velas y focos. La voz del barítono Luis Santana retumba en los muros de esta casa señorial del XVI reconvertida a espacio de culto donde se elaboran algunos de los dulces más exquisitos de la comarca de Tajo-Salor. Pero más delicada que el azúcar suena la voz de una mujer menuda y mayor, con una camisola fucsia, cuyas palabras llegan directamente al corazón y no solo porque sean textos de Santa Teresa, sino porque quien las pronuncia lo hace como quien lanza suaves dardos: Paloma Gómez Borrero. Fue su último acto en Extremadura. No eligió una gran catedral, un abarrotado recinto turístico o un teatro, sino un humilde convento de pueblo para ofrecer un recital de poemas y música religiosa en época de Adviento. Aquel Adeste Fideles de entonces aún palpita en el alma de los asistentes.

El inesperado fallecimiento de la periodista ha conmocionado a la opinión pública. Yo prefiero poner la lupa en este encuentro casi silencioso y sin apenas eco en los medios extremeños. Ella explicó como nadie los misterios de lo espiritual, sin perder un ápice de credibilidad por ello. En una época de una sola televisión y todavía bajo el peso de dictadura, fue una de las primeras mujeres corresponsales en el extranjero. Eran tiempos en los que la personalidad de los informadores marcaba impronta y seducía a millones de personas. Ella fue profesional, rigurosa con los datos y a la vez consecuente con sus principios cristianos. La curia romana le tenía en gran consideración y eso no es moco de pavo. Atendía y ayudaba a sus compañeros de una profesión donde los navajazos triperos son desgraciadamente habituales. Rara Avis. Seguro que ahora ya conoce todos los misterios mundanos y divinos. Refrán: Cura de aldea, mucho canta y poco medra.

viernes, 24 de marzo de 2017

Reflexiones para el Día Mundial del Agua

Mañana es el Día Mundial del Agua. Para nosotros, los urbanitas del primer mundo, abrir el grifo y que salga el líquido elemento, limpio, depurado, sin problemas sanitarios es un gesto cotidiano al que no prestamos mucha atención. Sin embargo, en muchas partes de este planeta Tierra lleno de desigualdades hacerlo es jugar a la ruleta rusa, o en ocasiones ni siquiera se puede abrir y grifo y hay que ir a un pozo con un cántaro sobre la cabeza durante kilómetros. Por cierto que suele ser una tarea reservada a las mujeres porque el reparto de roles es machista aquí y en el África profunda.

Mientras en nuestro confortable y vertiginoso primer mundo derrochamos el agua cuando nos lavamos los dientes o nos bañamos en ver de ducharnos, hay 1.800 millones de personas que usan una fuente de agua contaminada por aguas fecales, poniéndolos en riesgo de contraer el cólera, la disentería, el tifus o la polio, según datos de la ONU.

El agua no potable y la falta de higiene es la responsable de cerca de 900.000 muertes al año en este mundo que podía ser un espacio agradable para todos y que, paradójicamente, es un ejemplo de reparto irresponsable e interesado de los recursos naturales. Sin embargo, el agua que desperdiciamos puede reutilizarse y volver al ciclo natural, a beberse, sólo hace falta interés y tecnología, sí, esa que empleamos en muchas cosas que no son ni importantes ni vitales.

La ONU pone este año el foco sobre las aguas residuales, aguas que desaprovechamos y que podrían reutilizarse para calmar la sed de miles de personas. Su deficiente gestión provoca miles de fallecimientos.

martes, 14 de marzo de 2017

El misterio de los calcetines


Desde que vivo en pareja me sucede un misterio que, a pesar del paso de los años, sigo sin resolver: Me desaparecen mis calcetines. Podría parecer un asunto sin importancia, pero no, nada más lejos de la realidad. Cada vez que voy a tender la ropa el número merma, me encuentro calcetines sin su pareja, e incluso algunos cuyo color y forma recuerdo perfectamente y que, sin embargo, no están ahí, donde deberían. Por contra los calcetines de mi pareja están todos, ordenados, uniformados, no falta ni uno. ¿Por qué?

Podríamos pensar que se trata de un caso aislado, de una anécdota achacable a mi proverbial despiste. Eso creía yo. Los domingos por la tarde me siento en el salón de la casa con la montaña de calcetines, tratando de encontrarles su pareja. Miro en el cubo de la ropa, por si se hubieran quedado allí. Indago en el de la basura por si los hubiera tirado junto con los desperdicios de la cena. No. Con el tiempo el número de pares completos se diluye mientras crece el de los solitarios. Creía que este misterio sólo de sucedía a mí. Este fin de semana comentándolo con otras parejas me he dado cuenta de que la incógnita se agigantaba. Todas las mujeres de mis amigos se quejaban de que desaparecían los calcetines de sus chicos, también sin motivo alguno. Ellos se aprestaban a explicar que tampoco entendían el motivo de ese sindios. Ello me lleva a reflexionar sobre la brecha entre hombres y mujeres, todavía enorme en todos los sentidos...

Nuestra falta de celo nos lleva a los hombres a despreocuparnos por las cosas de la casa, que encasquetamos a ellas, diligentes y eficaces. Nosotros estamos desorientados ante la colada y las tareas domésticas, perdidos ante una montaña de ropa por clasificar. Mientras, seguiré buscando parejas de esta prenda, los domingos, como un ritual que sólo es un homenaje a mi morrocotudo desastre vital masculino. Refrán: Los calcetines solo generan tomates.

martes, 28 de febrero de 2017

En busca de ‘Celipa’

Siempre me ha gustado no quedarme simplemente en lo que me cuentan. Por eso estos días atrás realizando un reportaje sobre el Peropalo en Villanueva de la Vera hice una petición al concejal de Cultura, Hipólito Santiso, que a algunos podría resultar extravagante, pero que iba destinada a disipar muchas dudas: quería ver dónde vive ‘Celipa’, la burrita que lleva a Peropalo con su sentencia a la espalda durante esa singular fiesta carnavalera. No me puso ningún impedimento.

Estábamos en el ayuntamiento, y junto con los concejales Bernabé García y Emilio Prieto, nos encaminamos hacia la finca municipal donde vive. El paisaje del recorrido ya solo merece la pena. Y es que La Vera en invierno tiene un encanto especial formado por la conjunción del agua de sus cascadas y el verdor que lo llena todo.

‘Celipa’ tiene su residencia oficial junto a la estación depuradora de aguas. Dispone de una hectárea y pico para ella sola, así como un establo techado y cerrado. Es atendida a diario por cuidadores municipales. Trabaja algo más de una hora al año. Solo la supera ese funcionario de la Diputación de Valencia que lleva diez años yendo solamente a fichar. No voy a negar que sobre el burro del Peropalo sobrevuela una gran polémica, pero lo que pude comprobar personalmente es que la existencia de ‘Celipa’ es de ensueño. Los concejales me aseguran que se ha formado un grupo de personas en el pueblo que velan para que no sufra ni reciba ningún daño durante el trayecto de Peropalo.

martes, 21 de febrero de 2017

Indolencia política con los humedales

Siempre que viajo por Extremadura me detengo en sus grandes masas de agua. Son sobre todo grandes masas de vida. Sus ríos, sus pantanos y charcas son el ecosistema de multitud de aves y animales hermosísimos. La celebración esta semana de la Feria Internacional de Ornitología en Monfragüe me hace recordar la profunda vinculación entre la fauna y nuestros recursos hídricos.

Sin embargo, cada vez percibo con más claridad un deterioro de nuestros humedales y, sin ser científico, entiendo que no se encuentran al cien por cien de sus capacidades. Algo similar --y avalado por datos objetivos-- está sucediendo con nuestros grandes humedales, los de Doñana, Delta del Ebro y la Albufera de Valencia. Un estudio reciente de SEO/BirdLife afirma que estamos en camino de convertirnos en el desierto de Europa y que estamos llegando a un punto de no retorno por culpa de la contaminación, la sobreexplotación y la mala gestión de nuestros recursos hídricos. Es cierto que nuestro país se encuentra en la prestigiosa lista de humedales Ramsar en un lugar destacado por ser el que más espacios tiene inscritos, pero a veces el éxito puede ser la antesala del fracaso.

Un humedal es un ecosistema muy frágil, de hecho, según los datos de la organización ecologista, el 60 por ciento de estos espacios ha desaparecido durante el siglo XX. Eso es a escala mundial, pero en España sucede tres cuartos de lo mismo. Es una desaparición silenciosa, pero inexorable. Por eso la organización ecologista ha abierto una campaña de recogida de firmas a través de Change.org.


Los pozos ilegales y la presencia de fosfatos pueden acabar con ecosistemas donde se concentran el 25 por ciento de las aves invernantes en España y que acoge a 60.000 parejas de aves acuáticas. Todo por indolencia política, que no social, con nuestro medioambiente. Hagamos algo ya. Refrán: Si a la golondrina en mayo no ves, mal año de espiga es.


martes, 14 de febrero de 2017

Conspiración contra el amor

Para Joaquín Sabina hoy se celebra el día de una especie en vías de extinción: los enamorados. Estoy de acuerdo con él, pero esa rara avis que son las personas que practicamos el sexo con amor, está a punto de desaparecer por una visión exclusivamente genital de la realidad.

Acabo de leer que unos políticos en Mallorca han lanzado una campaña institucional -o sea pagada con nuestro dinero- que vincula el Día de los Enamorados con la violencia contra la mujer. No salgo de mi estupor ante disparate de proporciones bíblicas. Su argumento es que hay que desmitificar el «amor romántico» porque es «peligroso» ya que lo ven en la génesis de casos de maltrato a la mujer y de «relaciones tóxicas». Quien ha pergeñado este dislate o bien no ha sentido amor nunca o no han leído sobre él y claro, les parece algo de auténtica fábula.

La literatura universal está llena de ejemplos que lo que es el amor entre dos seres humanos. Actualmente a nadie le interesa hablar sobre la entrega generosa y desinteresada que significa. El amor existe, mal que le pese al Consell de Mallorca. Existen ejemplos de parejas que se quieren, de todo tipo y condición sexual. Pero eso no es noticia. Lo que trasciende son los divorcios y las infidelidades, que nos hacen creer que esa debe ser la tónica dominante. Ahora parece que los políticos nos tienen que decir cómo se ama. Es una verdadera conspiración contra el amor.

Efectivamente, el amor romántico es subversivo, porque si presidiera todas las actuaciones de nuestra vida se acabarían muchos problemas. Por supuesto que la sumisión y el control son el germen de relaciones tóxicas, pero eso no tiene nada que ver con el amor, con la entrega sin límites que explicaba san Pablo. El Día de los Enamorados es un mero argumento para sacarnos los cuartos, pero el amor existe, doy fe. La dan millones de personas en las que este sentimiento, nada perjudicial, preside sus vidas. Refrán: Amor viejo: ni te olvido, ni te dejo.

jueves, 9 de febrero de 2017

Medio siglo de Canción del pueblo


Pasado mañana, en el salón de actos de CCOO de Madrid se celebrará un acontecimiento histórico para la canción de autor en nuestro país. Se conmemoran con un concierto los 50 años de la creación de un colectivo que marcó un antes y un después en la música popular española: Canción del pueblo. En 1967, un grupo de los llamados ‘cantantes protesta’ se unía y tomaba conciencia de su poder para dar un espacio en la producción musical a las inquietudes de un pueblo que aún estaba bajo el yugo de la dictadura. Entre ellos estaba Hilario Camacho, Adolfo Celdrán, Julia León, Manuel Toharia (sí, el hombre del tiempo) y Elisa Serna, entre otros. Imitaban a los grandes maestros de la People’s Song que en los años cuarenta había a aglutinado en los EEUU a Pete Seeger o Woody Guthrie. En Cataluña y en Euskadi se habían formado colectivos similares Els Setze jutges y Ez Dok Amairu. Después se crearían en Andalucía.

Eran tiempos utópicos en los que se creía que las cosas se podían cambiar solo con la voz y una guitarra. Nada de grandes artificios técnicos, solo el compositor de sus propias canciones, siempre con un claro matiz reivindicativo o una personal visión del amor. En el concierto de pasado mañana participan tres de sus miembros: Adolfo Celdrán, Julia León y Elisa Serna, presentados, como hace cincuenta años, por el periodista Antonio Gómez. El lema del concierto es: «¡Aquí están los cantautores!: 50 Años Creando cultura de resistencia!». En el recital también intervendrá el extremeño Pablo Guerrero.


Por cierto que hace unos años Luis Pastor escribió un poema llamado ¿Qué fue de los cantautores?, ante esta insistente pregunta que siempre ‘despistados periodistas’ le hacen. Él en el poema respondía: ¡Aquí me tienen, señores! Lo cierto es que el mundo de la canción de autor, tan personalísima en España y sus comunidades, se echa de menos. Con la que está cayendo en el país hace falta un colectivo que le cante las verdades del barquero a nuestros políticos a golpe de guitarra y verso. Refrán: El que paga la música, manda el baile.

martes, 31 de enero de 2017

Todo por una foto ‘real’

Nunca entendí el ansia por la foto ‘real’. Me refiero a la instantánea de los Reyes de España. Y lo traigo a colación por la visita la semana pasada a Don Benito de Felipe VI y Letizia, con motivo de la Agroexpo.

Si la avidez por captar la imagen de un famoso es alta en el común de los mortales, en el caso de la realeza se multiplica por mil. «¡Tengo una foto de los Reyes!», decían con alborozo los visitantes de la feria agrícola. Era como si les hubiera tocado la lotería. Se subieron a tractores, maquinaria de riego, cosechadoras… Cualquier lugar era bueno para captar la imagen deseada. Fue todo espontáneo, dentro de lo poco improvisado que son esos actos. De hecho, los paseantes obtuvieron mejores fotografías que muchos de nosotros, ya que, por el contrario, los profesionales de la información teníamos medido al milímetro los espacios en los que trabajar. Y no solo eso, sino que nos los marcaban con aires marciales el personal de la Casa Real. Aquello parecía una especie de yincana, corriendo de un lado para otro en busca de una imagen que debía valer un potosí.

Los comentarios del público fueron elogiosos: la altura y belleza del monarca, su cercanía, la elegancia de la reina… Y las impresiones más importantes, las de los profesionales, fueron buenas: El Rey se preocupó por la situación del agro y ellos reivindicaron un tren digno en la región. Así tiene que ser. Otra cosa es que las demandas no caigan en saco roto.

Al menos ese contacto real fue una válvula de escape para nuestros problemas. Nos han escuchado y eso, de momento, alivia. A lo mejor, con lo que está cayendo a la Casa Real --caso Urdangarín y vida sentimental del rey emérito aireada en los programas de cotilleo-- tenemos que ser nosotros los que en algún momento escucháramos las cuitas de Felipe VI. Creo que sería una buena terapia para él. Le vendría bien, pues la monarquía vive horas muy bajas. Refrán: Allá van leyes donde quieren reyes.

martes, 24 de enero de 2017

Paletos de ciudad


Este fin de semana, con los ecos de la Fitur aún resonando en mis oídos encontré retiro y descanso en una finca cerca de Monroy gracias a una amable invitación de unos amigos.
Allí, en el nutrido grupo de invitados había una persona formada en astrofísica, así que --siguiendo los consejos de nuestros anfitriones y las recientes indicaciones de la Dirección General de Turismo-- salimos a mirar el cielo al llegar la madrugada.
Yo recordé las ruedas de prensa de estos días pasados sobre Monfragüe como Destino Starlight. Monroy no está muy lejos, por lo que sin duda la bóveda celeste ofrecería también allí su rostro más fiel. Así fue.
Sin más contaminación lumínica que las débiles luces de un Cáceres muy lejano, el espectáculo era impactante. La Vía Láctea en la noche profunda y helada lucía con sus millones de luces interrogantes. Gracias a nuestra cicerone con conocimientos del espacio, nosotros, paletos de ciudad, pudimos situar estrellas, planetas y constelaciones sin ayuda de telescopio. Y no solo era hermoso el cielo. Otro aliciente eran los diferentes ruidos naturales que nos circundaban, procedentes de los animales de la explotación y la fauna salvaje que poblaba la finca. Si sabemos explotar esto --respetuoso con el medio ambiente-- tenemos turismo para rato, pero ojo, hay que saber hacerlo no al buen tuntún.
Al día siguiente salimos a recorrer la finca bajo el sol del invierno. Curiosamente, volvimos a confirmar nuestro cariz de paletos de ciudad. Aunque acompañados por nuestros anfitriones, nos perdimos, y estuvimos en la agreste dehesa sin cobertura móvil, andando a tontas y a locas, entre limusines, liebres y ciervos al paso. No sé cómo volvimos a encontrar el cortijo. Sí, efectivamente éramos todos unos paletos urbanitas. Tenemos que aprender mucho de los cielos y saber orientarnos por ellos. Refrán: Aunque tengas todo lo que desees en la tierra, nunca dejes de mirar al cielo.

martes, 17 de enero de 2017

Parejas envasadas al vacío

La última moda en Japón es que las parejas se envasen al vacío. Sí, como el jamón de la matanza. Parece una locura, pero no se preocupen, el envasado solo dura unos diez segundos, los suficientes para que el fotógrafo Haruhiko Kawaguchi inmortalice al matrimonio como si fueran un pedazo de fiambre. Sin embargo, el resultado es bastante sorprendente, muy parecido a una pintura de Gustav Klimt.

Hacerse una fotografía en pareja envasados al vacío tiene sus riesgos, especialmente respiratorios. Los novios tienen que ser rebozados en lubricante para después entrar en una bolsa de la que se utilizan para guardar almohadas. Los dos deben abrazarse en actitud amorosa para después extraerse el aire. La pareja tiene apenas una docena de segundos para contener la respiración y el fotógrafo cuatro para hacer la foto. No puede haber fallos de ninguna naturaleza. Las parejas parecen un solo ser, congelado, de forma que no se distingue quién es quién. Según el fotógrafo japonés inventor de esta idea, cuanto menos distancia haya entre ellas más fuerte será el amor. Para las parejas el esfuerzo merece la pena.

De todas maneras yo creo que la moda podría aprovecharse un poco más y extenderse a familia política, amigos y otras yerbas, congelarlos, y dejar la opción al fotógrafo de rescatarles o no del trance. Sería estupendo tener a tus colegas envasados al vacío, sin moverse un pelo, sin sisarte las cervezas del congelador, ni decir que «eso lo hacía él en menos tiempo y mejor...», calladitos para siempre, muertecinos...


Ah, las modas... lo malo que tienen es lo efímeras que son. Cuando te has dado cuenta ya estás totalmente demodé. El día que me decida envasar al vacío lo que se llevará será arrancarse los dientes o darse cabezazos contra las paredes. De momento, yo ni siquiera me hago un selfi, no vaya a ser que mi señora decida envasarme al vacío y amojamarme en uno de mis descuidos. Refrán: El amor siempre es el mismo, sólo cambia el envase de presentación.

martes, 10 de enero de 2017

Gloria Fuertes, 100 años de verso suelto

Este 2017 se cumplen 100 años del nacimiento de Gloria Fuertes, autora a la que creo que no se le ha reconocido como merece. A ella no le gustaba que la llamaran ‘poetisa’. Nunca pudo ser calificada, encasillada o estereotipada. Siempre fue a su bola.

Más valorada fuera de nuestras fronteras que dentro, se la recuerda por su producción poética dedicada a los niños, pero su obra es mucho más que eso. Ese éxito con el público infantil eclipsó por completo su trabajo.

La autora madrileña siempre protestó contra una sociedad en la que la identidad lésbica era un tema prácticamente tabú. Fuertes reunía en una sola persona tres rasgos que no se perdonaban entonces (quizá ahora tampoco): mujer, soltera y poeta. Fue catalogada injustamente de ‘bicho raro’, de persona con pintas.

Al revés que en Safo, la poetisa griega donde el lesbianismo se materializa en versos de alto contenido erótico, en Gloria Fuertes se convierte en una recurrente mención a la soledad, al estar al margen de todo. Su poesía no es política, pero sí social, preocupada siempre por los desfavorecidos. Como en literatura todo se quiere clasificar se la considera miembro del postismo junto con Francisco Nieva o Fernando Arrabal, pero en realidad Gloria Fuertes simplemente es Gloria Fuertes.

Muchos críticos la acusan de no ser literatura con mayúsculas lo que escribía, que sus textos estaban incompletos en forma y contenidos. Desgraciadamente, el gran público la recuerda solo por sus intervenciones en televisión recitando versos a los niños, o en las parodias --a veces muy crueles-- de los humoristas de aquella época. El cantautor segoviano y fundador de La Banda del Mirlitón Ismael Peña es el depositario actual de sus pertenencias personales.


Esperemos que este año podamos reconocer de verdad a la escritora por encima de clichés y prejuicios. Refrán: Nací para poeta o para muerto, escogí lo difícil. (Gloria Fuertes).

martes, 3 de enero de 2017

El vestido nuevo de la emperatriz

La expectación que levanta cada año el vestido de Cristina Pedroche en Nochevieja me recuerda mucho al cuento de Hans Christian Andersen titulado El traje nuevo del emperador. En él un listillo hace creer a toda una corte de agitaplumeros que el vestido que ha confeccionado para el monarca es una maravilla, con la salvedad de que solo las personas verdaderamente inteligentes podrán apreciarlo. En realidad la prenda no existe: el dirigente va desnudo y nadie quiere reconocerlo. Al final la inocencia de un niño descubre el engaño, dejando al emperador y a su caterva de lameculos en pelotas.

Es algo parecido a lo que sucede con la presentadora de televisión y su famoso vestido. Ahora ha comenzado su despelleje público por la decencia-indecencia del atuendo. Creo que eso es no ver el problema en su dimensión correcta. Al fin y al cabo ella es un maniquí que luce lo que los directivos de la cadena quieran. El modelo social de televisión que tenemos, ésa es la cuestión. Aunque las cadenas sean empresas privadas no pueden reducir a la mujer a un mero cuerpo.

Mucho compromiso con el maltrato a la mujer, con el teléfono 016, pero si limitas su presencia a una mera cuestión de atracción sexual estás encasillándola en un mero estereotipo.

¿Queremos esta televisión? ¿Es este el mensaje que se debe lanzar en el instante que más público contempla la pequeña pantalla? ¿Y los niños? ¿Es bueno que se expongan a este tipo de contenidos que solo refuerzan clichés machistas? Hay millones de mujeres en este país que merecen nuestro reconocimiento por su compromiso, su lucha, su valía profesional, pero no aparecen nunca; lo importante para la cadena es hacer caja publicitaria y colocarse en la cúspide de las redes sociales. Creo que el vestido de la presentadora nos enseña muchas cosas, pero no un hermoso cuerpo, sino lo cutres y casposos que todavía somos todos. Refrán: Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.