martes, 30 de agosto de 2011

Tres libros al año

Tres libros al año. Esa es la nueva condición que la organización del concurso 'Miss Italia' pone a las participantes para poder aspirar al título. Realmente las cosas están feas en el panorama cultural general cuando el listón se rebaja a niveles casi subterráneos. Y no es el único requisito para las muchachas, pero es por así decirlo la 'nota de corte' del certamen. Además, se les aconseja leer un periódico al día para "saber de política y no solo de cotilleos".

Mal tienen que ir las cosas cuando los niveles de lectura de una joven ciudadana europea se sitúan bajo mínimos glaciares. Recuerdo cuando a una aspirante a miss se le preguntó por Confucio ...

--¿Confucio? Sí, hombre, el fundador de la confusión...

Alguna vez me han hablado de una concursante que se refirió a la ensaladilla y los filetes rusos como platos típicos de aquel país, aunque me parece que es una leyenda urbana. La organización italiana pide que las nuevas aspirantes destaquen por su pudor y moderación. Sería una vuelta a la belleza natural de Lucía Bosé , Silvana Mangano o Sofía Loren , bellezones sin camuflajes ni ambages. Y mujeres muy inteligentes. Las misses de ahora parecen serpientes con traje de santurrón. Confieso que estos concursos de belleza me parecen un atentado contra la dignidad, ya que la mujer se equipara a un charolés al que se le escrutan los cuartos traseros o se le mira la dentadura. Siempre han estado envueltos en el escándalo, con concursantes ingenuas que acaban en extrañas redes, esclavas de contratos leoninos o sirviendo de bultos sospechosos en fiestas de futbolistas o millonarios. Tenemos mucho que cambiar. Ojalá desaparezcan. Refrán: El pudor de la doncella la hace aparecer más bella.