Me ha planteado un amigo el debate de las letras machistas
de reggaeton. En principio me pareció un asunto menor, pero no lo es tanto. La
invasión cultural allende los mares tiene un lado más perverso del que
pensamos. Y como la música es uno de los elementos que conforma la personalidad
de los más jóvenes es doblemente preocupante. De un tiempo a esta parte las
letras de música electrolatina son una caterva de expresiones violentas y
machistas que solo tratan de perpetuar un rol de gánster del hombre en las
relaciones de pareja.
La mujer en estas canciones es como una especie de pelele al
que hay que golpear, arrastrar, violar y vejar apoyándose en la idea de que es
‘lo que a ella le gusta’. Ya no es que se cosifique a la mujer, sino que se la
agrede verbalmente. Sólo voy a transcribir una letra de uno de estos ‘poetas’
para no darles mucha cancha, pero para que veamos un ejemplo de lo que estamos
hablando: «Si sigues en esta actitud voy a violarte, hey que comienzo contigo y
te acuso de violar la ley así que no te pongas ‘alsadita’ yo sé que a ti te
gusta porque estás sudadita». Antes las letras en inglés nos pasaban
desapercibidas, pero en español son como un puñetazo en el cerebro.
¿Hay que prohibir esas letras? ¿Volvemos a la censura? Esa
es la cuestión. Estos temas musicales lo único que tratan es de perpetuar la
imagen del macho barriocéntrico, de actitudes gansteriles, estética cercana a
los guetos norteamericanos, propias de los quinquis de los ochenta.
Creo, sinceramente, que no se deben prohibir. La libertad de
expresión debe prevalecer. Eso sí, hay que señalar públicamente a los autores
de estas aberraciones literarias, no contratarles conciertos, que no puedan a
acceder a ayudas culturales y que sepan que con ese tipo de actitudes su
carrera musical va a ser nula. Muchos jóvenes les imitan y creen que es cool
ser como ellos. De nuestra mano está erradicar este rol de raíz. Refrán: Usa la
razón, que la música no degrade tu condición.