martes, 9 de octubre de 2012

Pasivos


Somos víctimas de nuestras propias contradicciones. Estamos acostumbrados a criticar en el bar, con los amigos, a quejarnos de lo mal que se está haciendo todo. No es la primera vez que escucho hablar de tal o cual negligencia de un funcionario público o de la falta de diligencia de alguien que debería ser eficiente. Pero todo se queda ahí, en el chascarrillo de los que beben unos vinos juntos, de los que se van a 'tomar las once' los sábados en la plaza del pueblo. Y con esa actitud han ido pasando los años, haciéndonos viejos y confiados en una democracia urdida en el débil consenso de la transición. Pero los palos de 'instalache' se han caído. El chamizo se ha quemado con nosotros dentro, como espectadores pasivos del espectáculo. Algunos, los sufridores en primera persona del paro, del no future , se han hartado. Y no me extraña. La clase política ha tocado fondo juntamente con las cotizaciones de bolsa. Ahora los indignados han decidido quejarse y no puede sorprendernos que con sus actitudes irriten a los que mandan y estos les manden a la policía. Lo cierto es que las protestas han llegado tarde y no puede controlarse a un pueblo completamente enfadado tras años y años de desmanes de la clase política. No me gusta la violencia, no me gustan los enfrentamientos. Pero llevamos mucho tiempo comulgando con ruedas de molino y no es de extrañar que en un momento u otro se forme la de 'Dios es Cristo'. Y los culpables somos todos, por tantos años de ejercicio de la ciudadanía de forma pasiva y despreocupada. Tenía que pasar lo que está pasando. Refrán: La memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla.