martes, 16 de junio de 2020

Cuestión de tiempo

Las palabras ya no lo curan todo. Quizás antes, cuando era joven y la muerte rondaba lejos, calmaban el dolor y la pena de las ausencias. Ahora, en medio de este absurdo baile de muertos, no. Se van amigos, conocidos, parientes... y su partida deja en el alma un poso extraño, de despedida inconclusa, de amargores macerados con el paso de los años. No me consuela nada que no sea el reencuentro y las sonoras risas de aquellos que se fueron. La vida es una fiesta y nos han invitado a ella, pero ahora las luces indican que el baile se acaba.

Y otra vez mi corazón vaga desconsolado parloteando por casas deshabitadas, abriendo las ventanas de habitaciones ventiladas. Aún tendrá que resucitar mi voz y templarse la guitarra. Será cuestión de tiempo. Porque mi soledad se ha quedado huérfana, en medio de una primavera extraña en blanco y negro. Y cuando pasen los años y vuelva a leer estas palabras, aún habrá una brasa encendida en mis labios, ese último hálito con el que pronunciaré el nombre de quien me amó verdaderamente. Si me piden cuentas, llegado el momento, podré ofrecer el tesoro de esas tardes de verano en la que mi piel se fundió con otra. Vivir valió la pena solo por tantos besos infinitos, por esos espejos en los que nos miramos cada día sin sentir vergüenza. Estos días todo se va aligerando. No podemos comprar, el viento, el sol, la lluvia, la alegría, la dignidad o el trabajo que costó sacar adelante esta tierra. Será cuestión de tiempo el entenderlo. Ese tiempo que a veces perdemos en pos de inmensas tonterías.

Tengo sed, a la vez, de llanto y de ternura. Porque las palabras, como antes, ya no me curan de este dolor profundo que es la vida. Siento como si, de golpe, ya fuera viejo, en medio de tanta desmesura, de tanta mentira cocinada y de tanto odio sembrado entre seres humanos. Será cuestión de tiempo, pero ahora mismo no puedo sino hablar por los pasillos, sintiendo las ausencias, sin saber muy bien qué hacer con tanta nada entre las manos. Será, como todo, cuestión de siglos enteros poder comprenderlo.