martes, 20 de agosto de 2013

Un paisano en la Galería de los Uffizi

Cuando uno está lejos del terruño siempre es una alegría encontrarse con un paisano. Esto es lo que me sucedió este pasado julio, visitando la Galería de los Uffizi en Florencia, uno de los muchos y muy espectaculares museos de esa hermosa ciudad italiana. Cada día miles de personas procedentes de todo el mundo hacen colas durante horas para ver obras maestras de la pintura y la escultura. Muchas veces la prisa del viajero hace que nuestro cerebro solo retenga las obras más mediáticas y conocidas, como el Nacimiento de Venus, de Botticelli . Sin embargo, en una de las salas menos famosas, menos concurridas, dentro de la exposición dedicada a pintores extranjeros, pero no menos importante, me encontré con el Cristo Portacroce del pacense Luis de Morales , llamado 'El Divino'. Se trata de un óleo sobre tabla de pequeñas dimensiones, apenas 59 por 56 centímetros. Cristo lleva la cruz con una sobrehumana expresión de dolor que traspasa al espectador, con rasgos alargados y --según explican-- empleando la técnica del esfumado, propia de Leonardo . No es de extrañar, pues 'El Divino' tuvo un periodo de formación en Italia, según algunos expertos. Fue una alegría saber que la obra de un extremeño está en uno de los templos del arte mundial y delante suyo miles de viajeros la admiran a diario. Nosotros tenemos aquí más suerte. No hay que hacer cola para ver su retablo de la Iglesia de la Asunción en Arroyo o el de Barcarrota. Tenemos las obras arte a tiro de piedra, no en un museo, sino en las iglesias para las que fueron proyectadas pero... ¿Somos conscientes de este privilegio? Refrán: El mundo está lleno de pequeñas alegrías: el arte consiste en saber distinguirlas.