martes, 21 de octubre de 2014

Un hombre y una mujer se aman

Una conocida anécdota literaria asegura que un joven escritor le pidió a Cela un argumento bueno para hacer una novela. El nobel gallego le contestó: "Un hombre y una mujer se aman. Con suerte a lo mejor le sale a usted 'La Cartuja de Parma'". Estamos acostumbrados a fijarnos en lo negativo, en los divorcios, en las separaciones, el maltrato y la violencia de género, pero a nuestro lado conviven grandes historias de amor que pasan desapercibidas, en ocasiones hasta para quienes las viven. Hombres y mujeres --y todas las combinaciones posibles entre personas del mismo género-- se han amado desde el principio de los tiempos bajo distintas fórmulas. Teresa Romero , la enfermera gallega afectada por el ébola le envió recientemente un mensaje a su marido desde su aislamiento mutuo: "Díganle que le quiero con locura". Es lo bueno del amor, no distingue de clases sociales, de privilegios o de escalafón. El amor es como un mar que no sabes que te ahoga hasta que la persona amada está en peligro o sufre algún contratiempo. Entonces es cuando la entrega desinteresada y absoluta al otro tiene más sentido. Ahora mismo millones de seres humanos se aman, se entregan uno al otro y eso --que debería estar en las portadas de los periódicos u ocupar el 'prime time' de las parrillas televisivas-- no parece tener importancia. A veces el amor es solo coordinación. Cuando me cambio de orientación en la cama de madrugada, mi pareja hace lo mismo al unísono en mi mismo sentido, aunque esté dormida. Y su mano se posa en mi espalda como una suave sombra. Y ya sé que todo está en su sitio. El amor hace posible este milagro cotidiano. Refrán: De enamorado a loco va muy poco.