martes, 23 de agosto de 2011

Ultraviolencia

Vivimos inmersos en una violencia consentida y alentada. El visionario cineasta Stanley Kubrick en su Naranja Mecánica ya nos avisó de que nos encaminábamos hacia la ultraviolencia, que sería con el tiempo una parte más del paisaje. Me parece increíble que no se sancione a José Mário dos Santos Mourinho , entrenador de un equipo de fútbol histórico, por meter el dedo en el ojo a un colega y comportarse como un auténtico energúmeno ante el respetable. El fútbol no es así. Debería ser consciente de los miles de niños, adolescentes y hombres que lo tienen como referente. Pero la semana pasada se caracterizó además por las peleas en la calle entre ateos y los católicos que venían a la JMJ. Atacar a alguien por sus creencias religiosas es una forma de intolerancia retorcida. Esperar a unos adolescentes a la salida del metro para increparles de forma agresiva y soez no tiene nombre. Se puede estar de acuerdo o no con el Papa Benedicto XVI y sus excesivos gastos. Debería haber visitado el cuerno de Africa y conocer su hambruna de primera mano. Pero eso no autoriza a tratar a los católicos como se ha hecho estos días. Y ha habido más. Madres que asesinan a sus hijos, perros que atacan a niños... por no hablar de la violencia ejercida en Gaza, Egipto, México, Cuba o Líbano por el poder establecido. De música de fondo, la televisión y sus programas donde se chilla sin parar, en los que el que más agresivo y violento es con su compañero recibe los mayores aplausos. Hemos hecho un mundo donde los banqueros y especuladores se abrazan al Papa, una sociedad corrompida desde sus cimientos y creo que así vamos camino de la ultraviolencia total. Kubrick nos lo avisó. Refrán: La violencia es el último refugio del incompetente (I. Asimov).