El artista placentino cerró su gira ante 16.000 personas con el cartel de ‘todo vendido’
Pocos artistas pueden hacer gala de haber completado una gira tan
redonda, tan aplaudida y tan deseada como el placentino Robe Iniesta.
Este fin de semana, ante 16.000 personas, ‘Mayéutica’ se despedía en el
WiZink Center de Madrid con el cartel de ‘todo vendido’ y una
expectación inusitada entre los amantes de la música de calidad.
Sí, entre tanta invasión de trap, reggaetón, y armonías guisadas por
productores ávidos de ganancias inmediatas, un extremeño, un veterano de
la música rock se ha reinventado –palabra muy de moda- para pasar
página con Extremoduro y generar un lenguaje propio, con una superbanda
de músicos extremeños. El éxito de Robe Iniesta se debe a un proyecto
musical meditado, pensado y diseñado con talento extremeño. Ya quisieran
muchas estrellas yanquis contar con el buen hacer de Lorenzo González
(voz y guitarras), Woody Amores (guitarra solista) Carlitos Pérez
(violín), Álvaro Rodríguez Barroso (teclados), David Lerman (bajo y
vientos).
Robe es un caso único de talento natural rockero que con el tiempo se ha
ido decantando hacía un sonido más sinfónico, con letras muy cuidadas y
atmósferas como Mayéutica, su disco de 43 minutos sin pausas entre sus
seis canciones. Otro de los grandes aciertos de este artista con
mayúsculas es que ha sabido dar el relevo generacional a sus fans. En
sus conciertos se ven padres con hijos disfrutando al unísono.
Siempre transgresor, tuvo palabras en el concierto de despedida en las
que se entrevé una crítica política: «En esta ciudad hay una libertad de
la ostia y tenemos que acabar a las once y media por cojones». Lo
cierto es que hay Robe Iniesta para rato, que ahora se abre un
paréntesis para la composición y el estudio de grabación. Y es
extremeño, si fuera de cualquier otra comunidad tendría estatuas por las
calles. Tenemos la suerte de tener un artista de dimensiones únicas,
con sus luces y sombras, pero de primer nivel. Va siendo hora de
sentirnos orgullosos de lo nuestro.