martes, 7 de junio de 2016

Entre 'fofisanos', 'gordibuenos' y 'merman'

Juan José VenturaJuan José Ventura
07/06/2016
 
El lenguaje es como una red que atrapa la realidad con mucha sutileza. Un ejemplo son los eufemismos que utilizamos los hombres para referirnos a nuestro aspecto. Cada vez más resuena en mis oídos la palabra 'fofisano', termino empleado para aquel varón que aun no teniendo un cuerpo esculpido en el gimnasio detenta un considerable atractivo físico. Claro está que salvo excepciones muy contadas todos los hombres nos creemos 'fofisanos', aunque no todos los 'fofisanos' somos 'gordibuenos' porque, al parecer, 'gordibuenas' solo pueden ser --por extraños misterios del lenguaje-- las mujeres. Vaya galimatías.
En resumen, el 'fofisano' puede ingerir cerveza helada en el chiringuito playero sin remordimientos de conciencia y dedicar el sábado por las mañanas a actividades más placenteras que el 'running'. Su dieta, lejos de estar tiranizada por las hipocalorías, se basa en proteínas e hidratos de carbono sin ton ni son. Así, un 'fofisano' no se preocupa por su cuerpo, al contrario que el (ya en vías de extinción) varón 'metrosexual'. Pero como los tiempos evolucionan que es una barbaridad acaba de llegar una nueva moda: los 'merman'. Son aquellos 'hipster' que se colorean la barba de tonos llamativos, tipo azul pitufo o rosa chicle. En este caso la traducción de 'merman' es algo así como 'sireno', lo que añade un punto más de ambigüedad a la situación, porque las sirenas tienen cola pero ¿y los 'sirenos'? ¿Es posible que un 'fofisano' sea también 'merman' a la vez? Otro lío. En Cáceres tenemos una zona muy 'hipster', muy de jóvenes bohemios barbudos y vegetarianos, que se concentra en torno al Psicopompo, un oasis de cultura y música en medio del cutrerío general. Aunque también por esos lares abundan los 'fofisanos' porque --seamos francos-- cuidar el físico a ciertas edades es una verdadera tortura.
Yo abrazo desde hoy mi condición de 'fofisano' y prometo, si el guión lo exige, teñirme la barba el día que mi mujer me dé permiso para dejármela. Entonces seré a la vez 'merman', 'fofisano' y blandengue. La combinación perfecta. Refrán: La belleza y la tontería van siempre en compañía.