No entiendo ese empeño en querer ser quien no somos o el
deseo desenfrenado de parecernos a un artista de cine. Siempre me he conformado
con lo poco o mucho que la naturaleza me ha dado. Traigo esto a colación porque
recientemente la Audiencia de Sevilla ha absuelto a un cirujano de un delito de
falsedad documental y de dos delitos de estafa procesal. Una paciente le había
pedido un aumento de glúteos "lo más parecido a los de la actriz y
cantante Jennifer López ". Pero ya sabemos el largo trecho que existe entre
la realidad y el deseo. Cuando lo que tenemos en nuestra cabeza no coincide con
los resultados obtenidos llega la frustración y cargamos contra el primero que
nos parece responsable de nuestra desgracia. La sentencia prueba que fue
informada de todas las consecuencias de su intervención.
Por otro lado, un síntoma del desmadre que significa
actualmente la cirugía estética en manos de desalmados es un nuevo reality ,
que en España se ha titulado 'Chapuzas estéticas', aunque su nombre original es
Botched . En él dos doctores --algo cómicos pero muy rigurosos en su trabajo--
llamados Dubrow y Nassif se encargan de 'arreglar' las pifias cometidas en los
cuerpos de hombres y mujeres que soñaron con ser quienes no eran. Por este
programa pasa una galería de freaks , aunque también pacientes normales que se
dejaron llevar por las ofertas de médicos sin escrúpulos en Los Angeles, una
ciudad en la que el aspecto físico está por encima de cualquier otra
consideración. Lo cierto es que muchos de los que acuden son verdaderos muñecos
rotos o exparejas de estrellas de cine de medio pelo. En la mayoría de las
ocasiones consiguen reconducir los cuerpos de sus pacientes hacia cierta
normalidad, aunque también hay algunos casos perdidos. Y los médicos les
aconsejan simplemente no volver a tocarse porque el destrozo sería ya
irreparable. En España hay carnaza para montar la versión 'cañí' y seguro que
cirujanos tan preparados como los americanos. Es una idea. Refrán: Caballo
grande, ande o no ande.