Recientemente han saltado a los medios de comunicación casos
en los que representantes políticos o personajes públicos se metían en un
charco pantanoso por culpa de internet. La concejala de Servicios Sociales de
Badajoz, Rosario Gómez de la Peña , realizaba en Facebook unos comentarios
desafortunados sobre dos participantes en el desfile del Orgullo Gay. Pero no
voy a hacer leña del árbol caído. Otro ejemplo, mucho más grave, es el del
cantante Francisco que llama a Mónica Oltra, portavoz de Compromís en la
Comunidad Valenciana, cosas irreproducibles, que pueden resumirse en:
"necesitas pollardón". Es curioso cómo todavía no se ha tomado
conciencia de la relevancia de las redes sociales y del peligro que tiene
comportarse en ellas como si estuviéramos en la barra de un bar. Dicen que no
eran conscientes de la repercusión de sus palabras. Pero eso me lleva a pensar
en la doble moral de nuestros políticos, que de cara al votante participan en
los actos de la fiesta de la tolerancia y después, en el tú a tú, afirman lo
contrario de lo que propugnan en público. Eso se llama hipocresía con
mayúsculas.
En Estados Unidos, donde siempre van por delante en todo,
han nacido al abrigo de las nuevas tecnologías y la crisis económica unos
personajes singulares: 'sintecho' con perfil actualizado en las redes sociales.
No tienen acceso a un hogar, viven en un banco, pero sí aparecen en Facebook,
Tinder o LinkedIn como ejecutivos listos para entrar a trabajar en cualquier
momento en una gran corporación. Gracias a esos perfiles pueden encontrar
refugio durante un par de noches o vender objetos de segunda mano e ir tirando.
De hecho, algunos de estos 'sintecho pero con internet' emplean las redes
sociales para ligar con una chica y así pasar una noche bajo techo. En Nueva
York hay 60.060 'sintecho' en la ciudad, el doble que hace un par de años.
Gracias a que hay internet gratis en la mayoría de las calles de Nueva York
ellos sobreviven, chateando o ligando para poder convencer a alguien de poder
dormir en su casa. Nuevos y extraños tiempos. Refrán: Si tienes techo de
vidrio, no tires piedras al vecino.