martes, 1 de marzo de 2022

Seguimos tocando el fondo

Seguimos tocando el fondo

Mientras que Paco Ibáñez (87 años) cantaba en el Gran Teatro de Cáceres aquello de «Estamos tocando el fondo», último verso de La poesía es un arma cargada de futuro (Gabriel Celaya) caían las bombas sobre Ucrania. Ya me pasó lo mismo, en Madrid, cuando la Guerra del Golfo y se acompañaba de Rafael Alberti como recitador. 

Pasan los años, las décadas, sigue el cantor, y no aprendemos de la poesía ni de los avisos que los dictadores nos envían, por más que los periodistas alertemos. ¿Se acuerda alguien de Anna Politkovskaya periodista que fue asesinada cuando investigaba torturas en Chechenia? ¿Alguien ha reparado en Aleksandr Válterovich Litvinenko, oficial fugitivo del servicio secreto ruso, que se especializó en la investigación del crimen organizado y asesinado con Polonio? Y así una larga lista de ciudadanos silenciados con las más abyectas estratagemas.

¿Quieren saber quiénes son los héroes de esta guerra? Pues los miles de rusos que han sido encarcelados estos días por manifestarse contra el sátrapa del Kremlin de Moscú y los escasos periodistas que desde medios independientes se juegan el cuello literalmente en cada artículo. No se engañen, esta guerra no es de Rusia con Ucrania. Es la guerra de Putin y sus veleidades de antiguos imperios. No está loco. Tiene un plan para recobrar esplendores pasados y quiere pasar a la historia. Lo está consiguiendo como solo se consiguen estas cosas: con una dictadura en la que él decide quién puede ser millonario y quién no, sin libertades públicas, con toda la prensa subyugada y con un aparato de propaganda sucia en las redes sociales.

Veo las imágenes de los ciudadanos aterrorizados, los niños ateridos en el metro y vuelvo a ver el rostro de las guerras de los Balcanes. La única diferencia es que el mundo está ahora hiperconectado. La locura es la misma y nos ponemos de perfil. Seguimos tocando el fondo como decía el poeta.