martes, 3 de abril de 2018

No saberse de la misa la mitad

En muchas ocasiones escucho a personas vanagloriarse de su total desconocimiento sobre temas religiosos. Y esta pasada Semana Santa me he topado con quienes, alardeando de ateísmo o agnosticismo, se jactan de no saber el significado de palabras como Cuaresma u homilía. Es una pena que en aras de su actitud ante la religión haya quienes justifiquen una inconsciencia total.

Es lo que antes se llamaba ‘No saberse de la misa la mitad’ o ‘la media’. Los orígenes de este adagio se hunden en el siglo XVI, cuando ante la demanda de fieles y la imposibilidad de los sacerdotes de llegar a todos lados, tuvieron que tirar de clérigos para atender las parroquias. No era extraño que, en algún momento de la misa, el tonsurado se quedara en blanco. Claro, no se sabía ‘de la misa la mitad’. Pues de esos hay multitud creciente hoy.

Especial confusión he apreciado en Sevilla este Jueves y Viernes Santo con el asunto de las mantillas y las siete visitas al Monumento. Después de la misa del Jueves Santo el Santísimo se reserva en lugares especiales para la Comunión del Viernes Santo, día en que se conmemora la Pasión y muerte del Señor.

Las mujeres visten de mantilla como homenaje al Santísimo y deben ir a hacer siete visitas a siete iglesias para ver el Monumento. Cada una de esas visitas tiene nombre: Huerto, Judas, Abandono, Tribunales religiosos, Mofas y burlas, Pedro, y Flagelación. Pues bien, incluso mujeres vestidas de mantilla y hombres de luto, como corresponde a la jornada, desconocen los pormenores esta liturgia tradicional.

También he visto en Sevilla cómo en un bar, cuando a cien metros estaba pasando el Santo Entierro, había ya una gran juerga flamenca con cajón, guitarra y bailes por sevillanas. No podían esperarse a la llegada de la Feria de Abril. Es un pena. Sólo desde el conocimiento puede llegarse al verdadero respeto a tus semejantes. Refrán: Con tanto decir amén, la misa no sale bien.