martes, 20 de noviembre de 2018

Felipe González, el orador que no defrauda

Felipe González será el encargado mañana de ‘abrir fuego’ en los Desayunos de El Periódico Extremadura, un nuevo foro de debate que refrenda el gran compromiso de este diario con la sociedad extremeña. Y lo hará con un tema peliagudo: Constitución y convivencia.

Y es un acierto que sea González el primer invitado, porque es seguro que no dejará indiferente a nadie, ni entre sus correligionarios, ni entre sus detractores. Felipe fue presidente del Gobierno de 1982 a 1996 y encarna una época en la historia de España, en la que los políticos estaban hechos de otra pasta y sobre ellos no sobrevolaban las actuales sospechas de ineficacia o querencia por el sobre.

González hizo lo que nadie: ilusionar un país y aglutinar a toda la opinión pública en torno a un proyecto de Estado. Me gustaba de él el tándem que formaba con Alfonso Guerra, que hacía de ‘poli malo’ en la bicefalia del socialismo de los primeros albores de la democracia en España.

Luces y sombras hay en la trayectoria de González. Es innegable el desarrollo económico que experimentó el país durante sus dos mayorías absolutas. La transformación de Sevilla con motivo de la Expo 92 es un hecho. Y a España, en palabras de Alfonso Guerra «ya no la conoce ni la madre que la parió».

Como todos los dirigentes que detentan el poder tanto tiempo, acaban fagocitados por el propio rodillo que aplican. Después abandonó la esfera pública, aunque no lo hizo del todo, gracias a su constante su labor como orador, creador de opinión, y referente del socialismo en el país.

Aunque con cierto aire de persona que está de vuelta de todo --al que nadie hace caso pero al que todos escuchan con atención-- González será mañana un invitado de lujo para nuestra casa y su presencia abre una nueva etapa en la relación del diario con personajes de actualidad. Refrán: «Quienes contraponen liberalismo y socialismo, o no conocen el primero o no saben los verdaderos objetivos del segundo». (Pablo Iglesias).