lunes, 29 de enero de 2007

LA INVASIÓN DE LOS PRODUCTOS MILAGRO


Tengo alma de voyeur. Muchas veces me despierto de noche y me dan ganas de poner la televisión. Siento una curiosidad por saber qué contenidos se emiten a las cuatro y media de la mañana, por ejemplo. Me he dado cuenta de que los reyes de esa franja horaria son los programas publicitarios de productos-milagro. Por supuesto, el último grito es el Andropenis. En el espot sale un urólogo que tiene pinta de haberle tocado el título en una tómbola y empieza a hablar de que el tamaño del pene se considera pequeño a partir de 13 centímetros y grande a partir de los 18. Los sudores empiezan ya a caerme por el cuello. Y sale un tío que parece que acaba de venir del Carrefour de acarrear bolsas para su casa y te da la brasa sobre lo mucho que ha cambiado su vida con el cacharro. Cuando explican cómo hay que colocarse el aparatejo yo grito de dolor con solo verlo. Después sale la mujer del muchacho con una sonrisa de oreja a oreja hablando de lo feliz que es desde que su pareja tiene un centímetro más de largo y de ancho... El anuncio acaba diciendo que vivimos en una sociedad fálica. Todo esto se emite mientras un chat recoge anuncios desesperados de contactos como estos:

--Emeritense pasivo busca activo gordito y sin pluma. Abstenerse gente "del ambiente". (¿De qué ambiente habla? ¡Madre mía!)

Entonces ya empiezo a hiperventilar de estupefacción y me paso al siguiente canal, donde la baba de caracol, al parecer, cura todos los males imaginables. Refrán: Si tu verga no da la talla infórmate en la pequeña pantalla