sábado, 26 de noviembre de 2011

El Opositor

El opositor se levantó temprano. Tras largos años estudiando había llegado el gran día del examen, el momento en que tendría que demostrar los conocimientos adquiridos. El sólo pensaba en la recompensa: un puesto de trabajo fijo, para siempre, foreveer ... Y eso que era un puesto de limpiador. Pero a él eso no le importaba, quería con todas sus fuerzas ese trabajo e iba dispuesto a superar la prueba.

Estaba contento por haber pasado ya lo peor. Los años de estudio, las noches ante los papeles, las privaciones... Todo eso quedaba atrás y él se sentía liberado y feliz. Le gustaba estudiar con música. Así que toda la oposición se la pasó oyendo de fondo sus autores preferidos, algo suave, Serrat , Víctor Manuel , Sabina , Aute ... Ante los libros, mientras memorizaba los aburridos temas, un viejo tocadiscos desgranaba lo mejor de esas músicas, quizá trasnochadas, pero agradables durante la concentración... Llovía el sábado que se examinó. Hacía frío. Miles de opositores como él se repartían en las clases con el carné de identidad en la mano. Después llegó el momento de repartir los exámenes. El estaba seguro. Iba a sacar la posición. Leyó la primera pregunta...

--¿Cómo se riega la Violeta Africana?

Entonces se dispuso a contestarla pero en su cabeza empezó a sonar un tema de Sabina. Se sintió algo aturdido y decidió leer la segunda pregunta. Entonces comenzó a escuchar una balada de Serrat. De pronto se dio cuenta de que no recordaba nada y de que su mente estaba llena de música, pero en blanco de datos o información. Entonces comprendió que estaba más solo que nunca en el mundo y que todo el esfuerzo realizado no había servido para nada. Refrán: He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito.