martes, 26 de abril de 2011

Padres

Hace poco tiempo estaban ayudándote a andar, a montar en bicicleta, a que no dieras tumbos por la vida, a que no te perdieras por la calle. Y un día descubres que eres tú quien les tienes que guiar por el día a día. Los padres te marcaban la hora de volver a casa y con el tiempo les tienes que recordar que se tomen el sintrom, que no hagan locuras, que vuelvan pronto o que no se resfríen. Parece que fue ayer cuando te ayudaron a comprarte la casa, te orientaron sobre tu oficio o sobre qué querías hacer con tu vida. Ahora tú les aconsejas y les regañas porque se olvidaron de renovar el carné de identidad. Los padres se van haciendo pequeños y frágiles con el paso del tiempo, a medida que ven acercarse la hora de entregar el equipo. Incluso, diría que se vuelven infantiles y se enfrascan en querer seguir haciendo lo mismo que hace unos años, cuando todavía sus cuerpos respondían a sus deseos.

Los recuerdos para ellos son como oasis donde se sienten seguros. Por eso se ponen el jersey tanta ilusión les hizo que les regalaran, aunque ahora se caiga a pedazos y sea un trasunto de su existencia. Se aferran ciegamente a todo lo que les recuerda aquellos momentos en los que eran ellos quienes marcaban los tiempos.

A veces mi padre se pone cabezota y no hace caso a sus hijos. Esta Semana Santa ha salido de nazareno pese a su edad y a nuestra negativa. Ahora es él el cabeza loca que enferma por su inconsciencia y los demás quienes tenemos que arroparle amorosamente en su cama cada día. Refrán: Un buen padre vale por cien maestros.

martes, 19 de abril de 2011

Gourmets

Es muy difícil transmitir el excepcional ambiente que vivimos periodistas y críticos gastronómicos durante nuestra estancia en el Hotel Wellington con motivo del Salón de Gourmets la semana pasada en Madrid. La información sin más se publica a diario, pero creo que conviene explicar la intrahistoria de este acontecimiento, que cumple ya un cuarto de siglo. Coincidir con las ´grandes vacas´ sagradas de la información culinaria en un espacio tan selecto da un poco de vértigo, siendo yo un informador no especializado. Siempre he imaginado a los gastrónomos como orondos personajes con pinta de luchadores de sumo preocupados sólo por el buen yantar. Lo cierto es que, aunque este estereotipo se cumple a veces, hay de todo. La organización ofrece un completísimo desayuno que se sirve con una rapidez y armonía propia de películas inglesas de época. Los actuales grandes popes de la cocina actual pasaron hace 25 años por Gourmets para convertirse en lo que son actualmente, caso de Juan Mari Arzak o Pedro Subijana . Lo cierto es que el mundo de la cocina tiene una salud envidiable pese a la crisis. Es la mala costumbre que tiene el ser humano de comer varias veces al día. El Ifema todo es bullicio y olores embelesantes que tratan de hipnotizar a futuros importadores. Es el aroma del dinero, del business y de la buena comida. El mismo que un día atrajo al propio Rey Juan Carlos hace 25 años. Inauguró el primer salón y le gustó tanto que al día siguiente se presentó sin escolta y tardaron horas en localizarle. No me extraña. Como para no perderse en un mar de sensaciones placenteras. Refrán: Tres días hay en el año que se llena bien la panza: Jueves Santo, Viernes Santo y el día de la matanza.

martes, 5 de abril de 2011

Animalario

La primavera ha disparado mi animalario particular. De los huevos de los gusanos de seda guardados con paciencia durante un año han brotado por fin cientos de moradores que mastican con fruición las hojas de morera que les busco en las afueras de la ciudad. También he tenido que separar a los peces porque no paraban de desovar frenéticamente en las hojas del acuario mientras frotaban sus barrigas bajo el agua.

Y mi jovencísima gata Luna , está muy gordita, casi obesa...

--Juanjo, creo que sobrealimentas a la gata, que está que revienta... Deja de darle barritas...

Es curioso, porque esta gordura de Luna comenzó tras una escapada hace unos meses. Volvió muy contenta, acompañada de un congénere que después se perdió en las sombras de noche. Siempre me intrigó la vida oculta de los felinos, cuando deambulan por los tejados abandonando a sus dueños, dejándonos llenos de incertidumbre como unos padres primerizos. Después vuelven todos al amor del plato de leche y el pienso. Unos con la piel hecha jirones y sucios por haberse metido en peleas con sus similares. Otros regresan con una barriga del quince, como el caso de Luna.

--Juanjo, que la gata no está gorda. ¡Es que está preñada!

Ah, la primavera, qué dulce sarampión hormonal, qué recuerdos de la comezón de la primera vez. Mientras tanto, Luna, deambula sin rumbo por la casa y me mira como preguntando qué le pasa. Yo trato de decirle que es la primavera, que no se preocupe, que pronto estará más feliz y ocupada, y que recuperará la figura sin necesidad de ir al gimnasio. Refrán: Al gato goloso y a la gata ventanera, tápales bien la gatera.