Un ‘sintecho’ de paso por Cáceres me refiere un periplo vital increíble de subida y bajada a los infiernos
Por las calles de nuestras ciudades deambulan historias que merecen,
al menos, ser escuchadas y que te dejan siempre la sombra de la duda
sobre su certidumbre. Es lo que me pasó el sábado, en la plaza Mayor de
Cáceres, cuando un ‘sintecho’ se me acercó para pedirme un euro. Hasta
ahí nada que no se salga de lo habitual. Sin embargo, el hombre comenzó a
contarme su periplo vital, una existencia marcada por la desgracia que
le había llevado a pedir por las calles. La limosna iba destinada, según
su relato, a comprarse un capote. Dijo llamarse Jorge ‘El Millonario’ y
que era hermano de Roberto Antolín ‘El Millonario’, nombre artístico
del novillero Óscar Roberto Yangüez González. Con la adquisición de esa
herramienta taurina quería triunfar en un difícil mundo donde su hermano
tuvo relativo éxito. Repito que la veracidad del relato es muy compleja
de comprobar, aunque bien es cierto que era coherente y sólido.
Tuvo una vida complicada en la que el consumo de drogas lo había
arrastrado hasta los estratos más bajos de la realidad. Incluso llega a
referir cómo fue a casa del actor porno Nacho Vidal a realizar el rito
del ‘sapo bufo’, que costó la vida a uno de sus practicantes. Habló de
lo que había pagado por la experiencia y describió el chalé del
realizador de películas para adultos, que fue exonerado de toda culpa en
aquel luctuoso suceso. ‘El Millonario’ llevaba todas sus pertenencias
en una bolsa y me pidió que le indicase dónde estaba la estación de
autobuses, porque le habían dicho que allí se podía dormir. Su padre,
fallecido recientemente, era poseedor de miles de olivos y vides. En su
testamento había dejado establecido que su hijo se casaba perdería todo
derecho a la herencia. Decía que quería tomar un bus hacía Ciudad Real.
¿Verdad o fabulación? ¿Veleidad de un ‘sintecho’ o triste realidad?
Nunca lo sabremos. Sin embargo, ‘El millonario’ vaga de ciudad en ciudad
en busca de un sueño imposible. Y pasó por Cáceres.