martes, 28 de agosto de 2007

LAS DIFERENCIAS ENTRE SERVIL Y AMABLE


Ahora que la asignatura Educación para la Ciudadanía está en el centro de la polémica me viene a la memoria una gran lección que aprendí de un profesor de instituto, en mis años mozos en Sevilla.
Don Matías era pacense. Durante toda su vida había explicado la asignatura de Industrias Mecánicas a aquellos cuya absoluta falta de destreza dibujando les obligaba a elegir esta optativa. Con la llegada de la informática tuvo que reciclarse y empezar a investigar sobre este nuevo ámbito. Abandonó sus explicaciones sobre fresadoras y máquinas de hacer tornillos y empezó a hablar sobre PCs. El entendía el respeto como algo recíproco entre profesor y alumno. Por eso quienes asistíamos a sus clases perdonábamos sus lógicas carencias formativas.
--Van a permitir ustedes que me quite la chaqueta..., decía cuando le caían largos goterones de sudor por la mejilla. Y esto, mientras hacía una temperatura de 40 grados en un aula que era un horno.
Un día, un alumno bastante golfo apodado Tarifa le ayudó a colocar la extensión de memoria en un Commodore.
--¡Tarifa pelota!, gritaron en el fondo.
Entonces don Matías se volvió, interrumpió la clase para explicarnos pausadamente la diferencia entre servil y amable. La verdad es que sirvió de mucho, porque aquel pícaro se apartó del mal camino y se especializó en Informática. ¡Cuánto lamento que esa lección magistral tuviera tan pocos espectadores! Me basta darme una vuelta para toparme con una legión de serviles y muy poca gente amable de verdad. Refrán: El servil es siempre vil .