martes, 16 de junio de 2015

Dos décadas de Premios Empresario

En Extremadura que unos galardones lleven la friolera de dos décadas es mucho más que un hito. Significa que la institución que los impulsa --en este caso EL PERIODICO EXTREMADURA-- acertó de pleno cuando los puso en marcha. Fuimos los primeros en reconocer el trabajo que realizan los creadores de riqueza en la región. A los empresarios siempre se les había considerado los 'malos de la película' y, aunque hay efectivamente algunos pocos que no hacen bien las cosas, había llegado el momento de que tuvieran un 'día grande'. Después vinieron imitadores y galardones que eran una filfa, con nombres muy raros en inglés y que sólo tenían detrás intereses económicos. Y duraron muy poco. Por contra, los Premios Empresario del Año se han distinguido siempre por la independencia y cualificación de su jurado, que decide en total libertad. Ese es el secreto de su éxito. La gala de entrega de premios a lo largo de estos veinte años tiene anécdotas que darían para la publicación de un libro. Recuerdo que el primer año aquello fue como el camarote de los Hermanos Marx. Hemos aprendido mucho en el camino y gracias al esfuerzo de todos los trabajadores de esta casa la 'noche de las empresas' es ya todo un clásico. Como curiosidad contaré que en una de sus primeras ediciones al ver muy acaramelada a una pareja de asistentes tuve un error garrafal con los pies de foto: consideré que eran matrimonio y los describí como "el invitado X y su encantadora señora Y". La 'atragantá' que le metió la auténtica esposa a su pareja cuando lo vio en el periódico se escuchó hasta en Lisboa. Mea culpa: La que aparecía con él en la foto era su secretaria. Refrán: Hay que ser infiel, pero nunca desleal.