viernes, 10 de diciembre de 2010

Wikileaks y periodismo

Wikileaks ha puesto sobre la mesa una nueva forma de informar que ha hecho tambalear los cimientos de la ´sólida´ democracia del Tío Sam. Lo único que hace es documentar algo que todos sospechábamos: las artimañas del poder para machacar a los más débiles. Me produce auténtica vergüenza un gobierno que ante la opinión pública defiende la libertad de expresión y por debajo de la mesa frena la causa judicial contra los militares que asesinaron a José Couso . La nausea me llega con los encuentros entre fiscales con representantes de la administración yanki. Mucho ´paripé´ y mucho no levantarse ante las barras y estrellas de la bandera de EEUU, pero después nos saltamos la imparcialidad y la división de poderes a la torera. Todo sea por la Democracia. ¿Cuántos crímenes se cometen en su nombre? Al parecer boicotear, entorpecer el normal funcionamiento de las cosas es práctica habitual en el intercambio de cromos con Estados Unidos. Y encima Zapatero , lejos de quedar bien, les parece un trasnochado. Estamos ante una nueva forma de periodismo, muy arriesgada, más auténtica. No menosprecio la labor de quienes cubrimos ruedas de prensa, hacemos reportajes o asistimos a actos. Pero hacer lo que ha hecho Julian Assange es de quitarse el sombrero. Sin dirección fija, sin identidad, errante como un rolling stone , ha resquebrajado el status quo internacional arriesgando su vida. Ya han puesto precio a su cabeza. Sólo espero que si se lo tragan las cloacas del Estado nuestro silencio --el de los informadores tranquilamente sentados en nuestras mesas de redacción-- no sea también cómplice del crimen. Refrán: Si dices las verdades, pierdes las amistades.