miércoles, 16 de noviembre de 2011

25 Años Patrimonio de la Humanidad

Ahora que se acerca la efeméride de los 25 años de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad vienen a mi cabeza muchos recuerdos de cuando preparaba un reportaje hace quince sobre la primera década del reconocimiento de la Unesco. Estaba en el despacho de Antonio Rubio Rojas y con la propia ciudad monumental al fondo él me hablaba de que "se la habían prostituido". Lo hacía con mucha vehemencia aduciendo que algunos acontecimientos masivos acabarían por deteriorarla sin remedio. Creo que en este cuarto de siglo se han hecho algunas cosas bien y otras no tanto, pero tengo la certeza de que cuando la parte antigua se llena de público con la sana intención de recorrerla es positivo si se toman unas precauciones mínimas.

Este pasado fin de semana el mercado medieval --sí, el que nos gusta a todos-- a pesar del mal tiempo ha llenado ese entorno histórico de gente y de viajeros que volverán maravillados por lo que vieron. Los comerciantes me comentaron que no habían hecho la caja de otros tiempos. Había mucho mirón y poco dispuesto de dejarse los cuartos. De lo que sí puedo dar fe es que fue respetuoso con el entorno. No puedo decir lo mismo del fiestorro erótico-festivo del ferial la madrugada del sábado al domingo. Toma-toma. Dale-dale. Bunga-bunga. No es que el 'bacalao' se oyera desde Nuevo Cáceres, es que al día siguiente el 'bacalao' también podía olerse y verse durante un paseo matutino por la zona. Y es que creo que el Patrimonio de la Humanidad nada tiene que ver con una fiesta porno, aunque ésta sea un éxito de orejas y rabo. Refrán: Quien tiene tienda, que la atienda (y si no que la venda