martes, 27 de agosto de 2013

Romance de la tenca

En estos tiempos de pregones en los pueblos en fiestas, de dudosa factura y más dudosa escuela, quisiera hacerle un sincero homenaje a nuestra simpática tenca. Celebramos las bodas de plata de su gran fiesta y merece que le dediquemos unas sentidas letras. Es un pescado humilde como una silla de enea, pero encierra los sabores de la naturaleza extremeña. El emperador Carlos V ya se enamoró de ellas y se extienden ahora por la ruta de las Chimeneas. Nunca le faltaron tencas en los muchos platos de su mesa. Para cocinarlas cualquier fórmula es buena: Al horno están exquisitas, pero frititas están estupendas, sobre todo las tenquitas más pequeñas. Yo las prefiero en moje, pero siempre regadas con caldos de la tierra. El pasado fin de semana se dio buena cuenta de ellas en Malpartida de Cáceres, anfitriona de la fiesta. Hubo artesanía, homenajes y un concurso de pesca al que asistieron aficionados de la comarca entera. Al limón, con tomate, con almendras, al jamón y a la vinagreta, con piñones, en salsa, a la cazuela, con plátanos, con piñones y con setas... Estas fueron algunas de las recetas con las que nos obsequiaron las cocineras. A mí me gustaron tanto que me comí media docena, acompañado de amigos y la buena gente de esta tierra. Al fin y al cabo la felicidad es ésa, estar con quien quieres gozando de las delicias más selectas, aunque sean este modesto pececillo que habita en las aguas más lentas, pero deseado por anzuelos de la geografía entera. Si en otros países este majar se descubriera estarían todo el día en la televisión hablando de ellas. Nosotros tenemos la suerte de que sea la nuestra, la desconocida y salvaje, pero siempre exquisita tenca.