martes, 18 de septiembre de 2018

Tiempo de escopeta y perro

Ahora que se acerca la época de caza y que los aficionados desempolvan escopetas y cartuchos recuerdo a mi padre volviendo del campo, con la ropa de camuflaje, la canana vacía y el cinto lleno de pajarillos (cuando aún se podían cazarlos) y algún conejo. Estábamos en una fonda de cazadores en El Pedroso, pueblo de la Sierra Norte sevillana, cercano a Azuaga.

Mi pasión por la caza se quedó interrumpida ahí, en la infancia. Me gustaba ir al campo con él, visitando hitos en el camino, como la alberca o algunos restos de cuevas donde se decía que habían vivido maquis. A mí lo que me llamaba la atención era la naturaleza, sentarse bajo la sombra de los eucaliptos, saludar a otros cazadores y pastores. Pero lo de los tiros con aquella escopeta de cartuchos del calibre 28, los más pequeños, siempre lo vi como algo que no iba conmigo. Ni siquiera cuando le acompañé con la ‘pajarera’ (de balines Gamo) disfrutaba. Lo mío era ‘cabrear’ por el campo.

A mí me gustaría, aunque sé que es imposible, una caza sin muerte, sin depredación. Con la actividad cinegética me pasa lo mismo que con los toros, que no encuentro una solución satisfactoria al dilema que plantea. Yo me quedo con los paseos por el campo, con el contacto entre padres e hijos transmitiendo conocimientos sobre naturaleza.

Me dejó impresionado en la última Feciex, el testimonio de Joâo, un niño luso, que practicaba la caza con cimbel, un difícil arte con señuelo vivo, en el que era un maestro. Cuando recogió el premio que le otorgó Juvenex, explicó con una madurez impropia de su edad que en el campo era donde estaba su hogar y era feliz. Esperemos que los cazadores sepan transmitir en las redes sociales sus positivas emociones en el campo y no la ‘montonera’ de animales muertos. Ese selfi final estropea todo lo hermoso que ha venido antes: el paseo por el campo, el lance, la destreza del cazador… Ojalá logremos una caza más sostenible y ultrarespetuosa con la fauna. Refrán: Si cazares no te alabes; si no cazares, no te enfades.