martes, 26 de octubre de 2010

Intrahistorias de SIAL

Cuando los lectores despliegan EL PERIODICO no saben qué anécdotas hay detrás de cada noticia, ni de lo que ha costado escribirlas. Es la intrahistoria de la información, que nunca se cuenta, pero que a veces tiene mucha miga. Para ofrecerles las últimas novedades en tecnología alimentaria presentadas en SIAL París pasé junto a la expedición extremeña un pequeño calvario. De entrada, en la T4, me hicieron pasar cuatro veces el control y acabé siendo cacheado y descalzado. Al quite estuvo Vidal Julio Ramos, El Arroyano , que se hizo cargo de aquellos enseres personales que sí habían pasado la criba. Una vez en París, en el pabellón extremeño, el compañero de COPE, José Manuel Gordillo no tenía línea microfónica ni a tiros. Menos mal que el encargado era un emigrante de Casatejada que le puso el empeño que nadie le habría puesto en conseguirlo. La conexión con el terruño siempre funciona. Otra anécdota la protagonizó el conductor del autobús que nos traía y llevaba. El francés llevaba la puntualidad al extremo de dejar en tierra a los expedicionarios que le habían contratado si no estaban a la hora. Lo gordo comenzó con la huelga general en Francia. Allí nada de medias tintas como en España. Si paran, paran de verdad, colapsan los aeropuertos, hacen macromanifestaciones e incendian coches. Eso de que los franceses son algo mariquitas es un bulo. Afortunadamente, al frente de la expedición extremeña estaba Víctor Grajera , responsable de Exportación de la Cámara de Comercio de Cáceres, hombre tranquilo que cuando llegó el momento supo aconsejarnos que bajásemos del bus y corriéramos como locos hacia el aeropuerto de Orly para no perder el avión. Refrán: De SIAL a FIAL hay mucho más que una letra.