martes, 13 de julio de 2010

La letra pequeña

Ay, la letra pequeña. ¡Cuántos disgustos da no leerla! El último de ellos lo he tenido con la multitienda de la esquina, donde compro el pan y otros artículos de urgencia fuera del horario habitual del comercio. Me dieron hace un mes una papeleta que ponía que si España quedaba campeona del mundo ganaba un viaje y, si era subcampeona, 75 euros en artículos. Imagino que al empresario nunca se le pasó por la cabeza que la Roja iba a llegar tan lejos. Pero no ha sido el único que calculó mal el riesgo. Los grandes ejecutivos también se la jugaron. Banesto ofreció el Depósito Selección con una rentabilidad del 4% TAE en caso de victoria. Carrefour España repartió un millón de vales de 100 euros reembolsables. Media Markt prometió devolver el precio de las televisiones, proyectores o monitores TFT comprados entre el 4 de junio y el 7 de junio, pero en letra pequeña decía "si España gana todos los partidos". La derrota ante Suiza les ha dado un respiro de millones de euros.

O sea que, gracias a la letra pequeña, los más avispados podrán escaquearse de sus delirantes promesas ligadas a los éxitos mundialistas. Eso quiere decir que el tendero de mi barrio es igual de listo que los genios del márketing de Media Markt, porque en la letra pequeña de su papeleta pone que los premios se hacen efectivos si un número que aparece en chiquitito coincide con un sorteo de la ONCE para días posteriores. O sea, que las posibilidades de que me toque el viaje o el dinero en descuentos son casi nulas, de conjunción planetaria prácticamente. Aquí el único que ha salido ganando es el pulpo vidente Paul , que se ha hartado de mejillones a nuestra costa. Refrán: Chispa pequeña enciende un monte de leña

martes, 6 de julio de 2010

Marea roja

Siempre pensé que el deporte era algo intrascendente. La verdad es que si el fútbol pudiera influir en aumentar el PIB o disminuir la inflación atraería más mi atención. Además, tengo la sospecha de que todos los campeonatos mundiales son una especie de anestésico general para problemas más graves como el paro o la crisis económica. Y en eso los medios de comunicación tenemos mucha culpa. Pero me ha sido imposible sustraerme al influjo de la ´marea roja´ y el sábado me sorprendí ataviado con una camiseta de la selección española recorriendo el Eroski para después irme a ver el partido en un bar en el barrio, algo que confieso no he hecho en mi vida. Me daba cierta vergüenza ir así, pero empecé a contar a los adultos que también estaban equipados y mentalmente me consolaba sabiendo que éramos legión.
El delirio fue tal en Nuevo Cáceres que había señores de edad provecta tocando la vuvuzela, las bocinas del coche, agitando banderas y rugiendo con cada incidencia del partido. El éxtasis llegó con la victoria y muchos fueron los que sacaron los vehículos para celebrarla. Por unas horas no había problemas, sólo san Iker Casillas y David Villa estaban en boca de todos como nuevos héroes y santos laicos contemporáneos.
Este miércoles teníamos prevista una reunión de vecinos para ver un problema recurrente con el ascensor. Me parece que la fecha no ha tenido en cuenta la ´marea roja´ y no habrá quorum. Pero no importará que el ascensor siga roto, sino que pasemos a disputar la final de Copa del Mundo de Fútbol. Eso sí que será vital para todos. No importa ir a la pata coja si mañana gana la Roja .