martes, 31 de octubre de 2023

Halloween todo el año

'Truco o trato’ dice el aforismo de esta fiesta importada que nos quieren imponer bajo el horrible nombre de Halloween. Discúlpenme los adeptos a esta celebración yanqui con la que quieren subsumir la de Todos los Santos, que es mañana, y la de Todos los Fieles Difuntos, el miércoles. Entiendo que los niños pequeños se quieran disfrazar de mamarracho y que les guste que les den caramelos, pero donde esté un buen calbote que castañas asadas y un Don Juan Tenorio de José Zorrilla con toda su tragedia y su convidado de piedra que se quite toda esa patraña invasora que se nos cuela por televisores y redes sociales.

Además, tengo la impresión de que Halloween es todo el año. Últimamente, no sucede nada bueno ni hermoso en el mundo. Estamos con el pellizco en el estómago cogido cada vez que nos exponemos a las pantallas digitales. Que si China está a punto de entrar en guerra, que si en Ucrania los soldados fallecidos son legión, o que si el odio eterno entre Palestina e Israel se ha cobrado más vidas y de la forma más cruel imaginable. ¿Han calculado ustedes cuántos muertos salen por telediario? ¿Han pensado a cuántas imágenes horribles se exponen cada vez que entran en una red social? Eso sí que son muertos vivientes, de verdad, sin filtro, en un Halloween que dura todo el año. Y a veces la violencia la tenemos muy cercana como los sucesos recientes que hemos vivido en Cáceres. Si vas a un supermercado a comprar una botella de aceite te la encuentras con alarma, aunque el atraco sucede cuando pasas por la caja registradora… Me pregunto si habrá noticias buenas en este maremágnum de dolor en el que vivimos. Solo me queda recomendar no ver los telediarios ni exponerse a las redes sociales. Si acaso leer el Periódico Extremadura, que los periódicos son bálsamo para la mente y lenitivo para las heridas del corazón. Palabra.

miércoles, 25 de octubre de 2023

Encuentros en Galisteo

Extremadura está llena de pequeños paraísos, lugares perfectos para una escapada que no son los que aparecen en los titulares de Fitur o están especialmente detallados en los folletos turísticos. Sin embargo, tienen el atractivo de lo verdaderamente auténtico. Es lo que me pasó hace unos días recorriendo Galisteo, en pleno Valle del Alagón, cuya fortaleza almohade merece una pausada visita para descubrir entre sus adarves los misterios de una comarca dominada por las almazaras y los viejos secaderos de tabaco. Por cierto que, antes de llegar a Galisteo hay que pasar por San Gil, con el encanto de su medio siglo como municipio de colonización.

Su muralla rodea la villa casi por completo y tiene itinerarios marcados para conocerla. Si el día es claro, como fue el caso, la vista de la comarca es única. Recorriendo sus piedras me topé con un peregrino del Camino de Santiago, un muchacho joven y alto, con su gorro característico y su vieira. La muralla está muy bien reconstruida con cantería de río. La Torre Homenaje, que llaman Torre Picota, aún necesita un empuje a su reconstrucción, y es un vestigio del palacio del siglo XIV construido por los cristianos. Cerca de ella, unos turistas franceses de avanzada edad se mostraban sorprendidos de la belleza de la fortaleza. Les aconsejé que visitaran Plasencia o Cáceres cuando acabaran. Más tarde, en Monfragüe vi a unos ingleses que habían instalado toda suerte de telescopios en el mirador del Salto del Gitano. Iban pertrechados con ropa de camuflaje y unos teleobjetivos espectaculares con los que apuntaban a las peñas para fotografiar a las rapaces. Extremadura es así. Nunca defrauda, ni al viajero que se pierde en un pueblo fuera de los circuitos turísticos, ni al ornitólogo extranjero que busca una imagen única para llevarse a su país. El turismo es un motor económico sostenible, que si se gestiona con cabeza puede convertirnos en un referente nacional. 

martes, 17 de octubre de 2023

Crónica desde el banquillo

A ras de campo cada balón que se disputa se siente como si estuvieras en el propio terreno de juego donde se de jugaba el Veteranos CB Badajoz-Leyendas Atlético de Madrid


El maestro ‘Azorín’ escribía sus crónicas con la libreta apoyada en su chistera y que eso de alguna manera marcaba el tono de sus escritos. El pasado domingo tuve el honor de redactar la crónica del Veteranos CD Badajoz- Leyendas del Atlético de Madrid desde el banquillo albinegro. Todo ello fue gracias a la generosidad de nuestro compañero Paco Alegre, histórico del club albinegro y a la sazón segundo entrenador de la contienda.

No soy cronista deportivo y muy poco futbolero, por eso estar junto a veteranos iba a ayudarme a preparar mi trabajo. Y así fue.

De entrada, tenía el prejuicio de que un banquillo era una jaula de testosterona incontrolada. Nada más lejos de la realidad. Los convocados por Rogelio Palomo fueron ejemplo de educación, fair play y pundonor deportivo. Los gritos fueron siempre de ánimo y de consejos para mejorar el rendimiento.

A ras de campo las cosas se ven distintas que desde la grada. Cada balón que se disputa, cada jugada se siente como si estuvieras en el terreno de juego. El esfuerzo, los sudores, el cariño que se pone en cada pase se perciben muy cercanos, casi propios.
Después está la empatía con el débil. No nos engañemos, el Veteranos del Atlético de Madrid se nutrió de viejas glorias de sus filiales, que le dieron un extra de fuerza y velocidad que acabó decantando el resultado. Frente a ellos, los veteranos del Badajoz se esforzaron al máximo, con ‘Copito’ como principal estandarte, pero sin muchos frutos.

Cuando el fútbol se limita a ser solo fútbol los resultados son sorprendentes. Nunca he visto unas gradas tan agradecidas y tan volcadas con los dos equipos. En el Viejo Vivero se sudó y se sintió la camiseta a partes iguales. Ojalá los beneficios del partido den oxígeno suficiente a ELA Extremadura.

martes, 3 de octubre de 2023

El derecho de vivir en paz

 El derecho de vivir en paz

Tras 50 años del golpe de Estado de Pinochet empiezan las condenas a los asesinos de Víctor Jara

Se cumple ahora medio siglo desde la ignominia del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno legítimo de Salvador Allende. Chile aún no se ha repuesto de las heridas que dejó una dictadura brutal, a pesar de que en la actualidad haya un presidente de izquierdas como Gabriel Boric. La chilena fue una de las dictaduras más duraderas del cono sur americano, asentada sobre la represión y miles de muertos. Entre ellos está el presidente, Salvador Allende, que defendió fusil en mano el Palacio de la Moneda tras pronunciar su famoso discurso sobre las «alamedas de la libertad» en 1973. Lo cierto es que entre los ciudadanos de ese país aún existe confusión sobre unos hechos tras los que, sin duda, estaban los EEUU y la CIA azuzando a los traidores.


El Estado reconoce oficialmente 40.000 víctimas de ejecuciones sumarísimas, torturas y desaparecidos. Y eso es lo que reconoce, imagínense lo que habrá por debajo. No podemos olvidar a un dictador Augusto Pinochet que hasta los últimos años hizo alarde de una cobardía suprema para evitar la cárcel (fue detenido en Londres gracias al juez Garzón sin apenas consecuencias), falleciendo en 2006 sin condenas sobre él. Pero poco a poco la Justicia va poniendo a cada uno en su sitio, aunque tenga que pasar medio siglo. En agosto de este año el Tribunal Supremo condenaba a siete militares ya jubilados del secuestro, tortura y homicidio del cantautor Víctor Jara en el Estadio Chile, que hoy lleva su nombre. A finales de agosto se suicidaba un exmilitar condenado a 25 años por esos crímenes. Otros dos se han fugado de la justicia. Víctor Jara cantaba aquello de que tenemos ‘Derecho a vivir en Paz’. Esa fue su falta, por la que recibió mutilación, balazos y fue arrojado en la calle por quienes ahora huyen como ratas.