martes, 6 de junio de 2017

Último ‘Al vent’ de Raimon

Si de algo está falta la sociedad actual es de coherencia y compromiso, las dos claves que han guiado la carrera del cantautor Raimon (Xátiva, Valencia). A finales de mayo daba en el Palau de la Música de Barcelona su último concierto. No puede uno pensar en ello sin tener la sensación de sentirse huérfano. Faltan referentes, faltan guías, y los mensajes de Raimon todavía están vigentes después de décadas. Y es que ahora no hay dictaduras a las claras, pero no hay duda de que estamos sometidos sibilinamente a poderes políticos y económicos.

Raimon, al contrario que otros compañeros de profesión, ha optado por la discreción y la sobriedad para despedirse. Su último Al vent ha sonado. También lo hicieron sus otros temas famosos como Diguem no! Acabó su concierto con un puño cerrado cantando, claro está su Com un puny. En los bises sonó Jo vinc d’un silenci, durante el que se escucharon algunos gritos de ‘independencia’ que fueron acallados sabiamente por el público.

Raimon ha sido, como Dylan y otros tantos, un poeta que, además, ponía música a sus textos. Y hay que reivindicarlo no solo como el cantautor antifranquista de la transición que fue, sino como todo un literato y un ejemplo de compromiso con el pueblo. En momentos de zozobra como el que vivimos tener su obra es todo un tesoro. Muchos me dirán que está escrita en catalán. Hay ediciones bilingües preciosas que nos dan una idea de la altura poética de sus textos. Sus canciones además tienen ese poder de unir a los ciudadanos contra la injusticia, contra el poder que impone sus silencios, y anima hacerlo con valentía, con las manos, con el pecho al viento, sin miedos. Efectivamente, de los escenarios se nos va alguien que no es de este mundo, personal e irrepetible. En medio de los estertores del viejo orden mundial su mensaje está ahora más vivo que nunca. Refrán: Al viento, la cara al viento, el corazón al viento, las manos al viento, los ojos al viento, al viento del mundo (Raimon).