martes, 26 de febrero de 2008

LA EXTRAÑA FRUTA

La edición del libro que recoge los 15 años de los Premios San Pancracio ha traído a mi memoria un curioso episodio sucedido hace tiempo, cuando la actriz y musa de Alain Turner , Myriam Mézières , acudió al Gran Teatro para ofrecer su espectáculo de cabaré erótico. Recuerdo que se decía que en él la actriz canta, baila, dialoga, se desnuda y "hace el amor con el público, que se convierte en su amante". Además, enseñaba un clítoris anillado. Ahora eso es muy corriente, te los vas encontrando a troche y moche, pero en aquel entonces era toda una novedad.

--Extraaaaaaaaaaña fruuta, sabooooooorrr prohibiiiiiiiiiiiido...

Esta actriz, hija de una pianista checa y de un padre egipcio, se crió en un orfanato y siempre luchó por los oprimidos. Hizo un brillante trabajo en Diario de Lady M . Sin embargo, reconozco que allí fui atraído por su extraña fruta y me sentí como Alfredo Landa en algunas pelis .

--Yo no soy perito en clítoris, pero me parece muy grande para ser uno normal..., me dijo un espectador susurrando.

--Bueno, a lo mejor se le ha inflamado, tras anillarse..., le respondí en voz baja.

A mi lado, un señor se llevó las manos a los ojos, pero entre los dedos dejaba el espacio suficiente para ver el brillo del anillo íntimo de Myriam.

La verdad es que como cantante era muy petarda. Llevaba un batería hortera con un bonete en la cabeza. En fin, que siempre agradeceré a los San Pancracio la oportunidad de conocer algo más sobre las frutas de la noche. Refrán: Hay frutas prohibidas, que son poco conocidas.