martes, 4 de enero de 2011

Sillas vacías

Es tiempo de sillas vacías. Una silla vacía recibió hace poco el premio Sajarov a la Libertad de Conciencia. Su destinatario, Guillermo Fariñas , no podía ir a la ceremonia porque las autoridades cubanas le denegaban el permiso a salir de la isla caribeña. El arriesgó su vida y su salud para conseguir cambios en el régimen de Fidel Castro . Otra silla vacía recogió el premio Nobel de la Paz. Debía haberla ocupado Liu Xiaobo , disidente chino encarcelado también por denunciar las violaciones de derechos humanos en China. Tampoco su mujer pudo salir de las fronteras del gigante asiático.

Estos dos luchadores por la libertad están haciendo un esfuerzo sobrehumano para que sus ciudadanos puedan disfrutar en el futuro de derechos básicos que ahora son una utopía. Probablemente se convertirán en mártires de la libertad de expresión y acabarán sus días en la cárcel. Liu Xiaobo, desde luego, va camino de ello. Detrás de ellos está la gente. Estamos todos, ciudadanos cobardes y aburguesados que nos beneficiaremos de los resultados de su lucha y seguro que no repararemos ni un segundo en recordarles. En España ha habido muchos mártires por la libertad durante la represión franquista. Uno de ellos fue Salvador Puig Antic , ejecutado vilmente. Otros como Marcelino Camacho estuvieron la mitad de su vida en la cárcel y cuando salieron, lejos de llevar una vida de lujo, fueron consecuentes con su ideología. Vivieron como obreros, en el anonimato, mientras muchos ciudadanos entraban de cabeza en la España ´del pelotazo´. Qué sociedad tan olvidadiza. Refrán: Haz lo que yo te digo pero no hagas lo que yo hago.