martes, 14 de octubre de 2008

Feria de Zafra, hoguera de mis vanidades

Bendita mañana en la Feria de Zafra, que mezcla las últimas cervezas de la noche con los primeros aguardientes de un hermoso día de campo. Maldita vanidad la del ganadero absolutamente encantado de haberse conocido a sí mismo. Bendita inocencia del mayoral que pasó la noche esperando que la vaca pariera y sonríe ante el ternero aún caliente y tembloroso. Maldita suficiencia del engolado que ve en cada escarapela de premio de un concurso un motivo más para sentirse superior a sus iguales. Benditos besos en la madrugada de la feria, carnes en flor y sudor amoroso entre los amantes que se buscan entre las casetas. Malditas borracheras absurdas de los solitarios que se encuentran muy cerca del olvido y tan lejos del cariño. Bendita lluvia matinal que anima las compras en las subastas y llena de gotas de esperanza el corazón de los ganaderos. Maldita crisis que empaña la jornada y la llena de impotencia y pérdidas. Bendito Bosé , que un día viniste a comprar vacas y cerdos y todavía te recuerdan por aquí. Maldita lengua azul que por culpa de un mosquito tiñe de gris las explotaciones. Bendito quien vuelve a casa con el ganado vendido, el corazón sereno y la cartera llena. Maldito el que se sube a un caballo y por eso ve a los demás como inferiores. Bendito campo extremeño, de mis pecados y vanidades. Benditos todos los que hacen que esta rueda gire cada día. Algún día, todos los ángeles del mundo creerán que el cielo está en Extremadura y vendrán a adorarla como un niño. Refrán: La decencia del campo es su inocencia.