martes, 28 de febrero de 2012

Prótesis y ética

Prótesis y ética

El ser humano es capaz de llevar a cabo los actos más generosos y también los más viles con sus congéneres. Llevo ya tiempo barajando la hipótesis de que la crisis económica hunde sus raíces en otra, la moral, más oscura, más siniestra, invisible, pero igualmente más destructiva. Una prueba de ello son los escándalos de las prótesis en mal estado. ¿Cómo un ser humano es capaz de fabricar algo para introducirlo en otras personas a sabiendas de que puede hacerles daño? Jean-Claude Mas , fundador de la empresa fabricante de prótesis mamarias que están dando problemas a mujeres en todo el mundo asegura que era consciente de que el gel que empleaba no estaba homologado. Los gendarmes le preguntaron sobre cómo se sentía y este ancianito (72 años) contestó: "hace treinta años que me siento bien". ¿Cómo puede alguien sentirse bien después de ser el responsable de tanto dolor? Algo parecido sucede con las prótesis de cadera defectuosas. Esto me ha tocado muy de cerca. Es difícil expresar la angustia de alguien que ha pasado por una operación de ese calibre y que sospecha que la prótesis que lleva puede ser alguna de las 93.000 defectuosas de DePuy, filial de Johnson & Johnson, que hay por el mundo. Afortunadamente, en Extremadura no se ha implantado ninguna de este tipo. Pero el tiempo de angustia entre que sale la noticia en los medios y el especialista te confirma que no tienes por qué preocuparte no está compensado con nada. Peor lo tienen quienes deben someterse a una operación para cambiarla. Y todo por arañar algún millón más de unos beneficios astronómicos. Qué vergüenza de mundo y de personas. Refrán: La avaricia es como el fuego, cuando más leña se pone, más arde.

viernes, 24 de febrero de 2012

Los 'yayoflautas'

Hay quienes luchan toda su vida. Esos son los imprescindibles. Esa frase de Bertolt Brecht , un rebelde que jugaba al ajedrez y tocaba el laúd, se hace realidad ahora en los 'yayoplautas', que son como los 'perroflautas' pero en tercera edad. Los 'yayoflautas' son las viejas glorias de la reivindicación social que se han lanzado a la calle para protestar por todo lo que está sucediendo con nuestro silencio cómplice. Han surgido en Barcelona y en su juventud se dejaron la piel en conseguir las libertades que ahora disfrutamos. Es una pena que tengan que ser nuestros abuelos los que vengan a darnos lecciones. Han recuperado su viejo espíritu de lucha y sospecho que nos va a hacer mucha falta. Necesitamos los ánimos de los viejos sindicalistas que trabajan por auténticas mejoras en los puestos de trabajo y la seguridad laboral. Hace mucha falta reivindicar lo pequeño, como han hecho ellos, que no están de acuerdo con la subida del precio del autobús, para poder hacer los grandes cambios que necesitamos. Los 'yayoflautas' celebran sus asambleas en los mismos espacios que el movimiento 15-M. Aseguran que no están para muchos trotes, pero que seguirán luchando hasta que el cuerpo les aguante. La ideología de los 'yayoflautas' es bastante heterogénea y va desde la República Española hasta el apoyo al juez Garzón . Sus acciones reivindicativas ya han tenido eco en las redes sociales. Solo puede ponérseles un 'pero' a sus actos: la poca participación. Y es que los abuelos ya a ciertas edades están muy achacosos y limitados. Pero que sepan que cuentan con toda mi admiración. Ole.Refrán: La edad madura es aquella en la que todavía se es joven, pero todo se hace con más esfuerzo.

martes, 14 de febrero de 2012

La buena fe

Son tiempos de mala fe. Estoy convencido de que la crisis económica tiene su origen en una crisis de valores en los responsables de las grandes empresas. Que haya 20.000 familias extremeñas afectadas por algo que se calificado como el "mayor fraude al ahorro en los últimos tiempos" perpetrado por bancos y cajas debe hacernos reflexionar. No eran charlatanes de un circo ambulante. Se aprovecharon presuntamente de la buena fe de los ciudadanos para endilgarles productos complejos a particulares sin informar sobre sus riesgos. No es cuestión de letra pequeña o grande, es que, al parecer, vendieron a señores de 80 años sistemas para ahorrar a décadas vista. Pero no es el único caso de aprovecharse de la buena fe del ciudadano. La mayoría de los recibos de electricidad o del gas son un galimatías espantoso, y si encima te aplican la famosa tarificación por estimación flipas. Siempre salen ganando, porque los cálculos los hacen con los números de los meses que más les favorecen. Y lo de la telefonía móvil ni te cuento, portento. Hay que estar ojo avizor con las facturas. A mí, de pronto, dejaron de enviármela en papel y precisamente ese mes que lo hicieron el cargo fue de infarto y erróneo. Sí, después llegan las disculpas, el abono del dinero cobrado de más, pero... ¿Y el señor mayor que no entiende de adsl ni routers ni nada de eso? Pues se la clavan. ¿Y quien se fía de las grandes compañías o no tiene ni tiempo de comprobar los datos? Idem de lo mismo. Por cierto, que llevo ya tres meses recibiendo las disculpas y el dinero cobrado de más por parte de una gran operadora, pero me dicen en 'espanglish' que no que no lo hacen a mala fe, que un día de estos recibiré bien mi factura. ¡Qué alivio! Refrán: A buena fe y sin mal engaño, para mí quiero el provecho y para ti el daño.

martes, 7 de febrero de 2012

¿Nadie se dio cuenta?

¿Realmente nadie se dio cuenta de lo que estaba pasando? Y en ese 'nadie' me incluyo a mí, a los periodistas, ciudadanos y todos los 'gurús' e intérpretes de la realidad. Precisamente, los periodistas tenemos mucha culpa de que el espejismo nacional haya durado tanto tiempo, como explica Antonio Muñoz Molina en un artículo. Estamos atragantados de tanta realidad vacía, de tanta declaración insustancial, de tanto análisis superficial de los datos, de tanta sumisión a la jerarquía política, empresarial y social de turno que no hemos visto --la mayoría-- la que nos venía encima hasta que pasó la ola sobre nuestras cabezas. Una ola --un tsunami diría yo-- con forma de más de 5 millones de parados, de tragedias vitales, que nos ha engullido como la marea en luna llena. Nunca me planteé cómo era posible tanto dispendio, tanta inauguración a toda prisa, tanto gasto con 'pólvora del rey' en vez de poner el acento en la creación de empresas que hicieran productos que interesaran a alguien, más allá de ladrillos y botijos. Ponerse ahora a fabricar ordenadores o cohetes espaciales nos va a costar la vida a todos. No hemos sido rebeldes. El movimiento 15-M se me antoja ahora hasta infantil, el berrinche de quienes no tienen ya nada que perder. Y me asusta pensar en la que se nos viene encima este año bisiesto.

¿Vamos a seguir sumisos y callados? ¿Vamos a continuar consintiendo administraciones derrochonas, opacas y arbitrarias? ¿Permitiremos una educación que no recompensa el esfuerzo? Los ciudadanos no podemos seguir tolerando más que quienes están trabajando para nosotros, los políticos, se sigan cachondeando del pueblo en su cara. Refrán: La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho.