martes, 5 de enero de 2016

A vueltas con las Reinas Magas de Oriente

Parece mentira que un tiempo de concordia sea aprovechado para sembrar la discrepancia, convirtiendo un acto para niños en una manifestación política. Me refiero al asunto de las Reinas Magas del Ayuntamiento de Madrid. Y es una pena que nos rasguemos las vestiduras cuando Gloria Fuertes --nunca reivindicada como mereciera-- ya escribió un cuento teatro con Melchora, Gaspara y Baltasara de protagonistas. Ellas van adorar al Niño Jesús porque sus maridos se han ido a hacer la guerra. Son tres mujeronas distintas y estupendas a la vez, cada una con su particular forma de ver un mundo demasiado preocupado por arrancar el ojo al vecino que en hacer la Paz con él, como ellas. No hay ningún mensaje subliminal ni contenido que pueda corromper a los niños. Los más pequeños de la casa tienen una mente abierta y un corazón receptivo a cualquier variación sobre la historia original, claro está, mientras que ésta no sea un disparate. Por cierto, que la caracterización tradicional de los Reyes Magos procede de los Evangelios Apócrifos y no del que tiene las bendiciones papales. Pero es tan potente el mensaje de amor que rezuma de la Epifanía que a muchos lo que les molesta simplemente es que se difunda la imagen de unos poderosos que agachan la testuz ante un niño nacido en un establo. Esa es la verdadera revolución. Por eso, el Papa Francisco también ha incluido una reina maga en su representación de la adoración. Y no pasa nada. Hoy será un día de esos en los que la gente se aprovisiona de comida y regalos como si no existiera un mañana. La manifestación de cariño que encierra un obsequio es innegable, pero a veces este árbol construido con papel de envolver no nos deja ver el inmenso bosque del Amor. Por eso, Gloria Fuertes en su Auto de los Reyes Magos incluyó su poema 'El camello cojito', en el que el Niño prefiere jugar con el camello discapacitado que con los fríos tesoros que le traen los magos de oriente. Otro mensaje de esta escritora que es un aldabonazo sobre nuestras troqueladas conciencias. Refrán: El miedo es la más grande discapacidad de todas