martes, 11 de septiembre de 2012

La 'extremeñidad'




Ahora que los ecos de las celebraciones del Día de Extremadura se apagan me gustaría reflexionar sobre qué es realmente el sentirse extremeño, sobre la 'extremeñidad'. Creo que es mucho más que haber nacido bajo unos límites geográficos. De hecho, me siento extremeño sin haber nacido en esta comunidad que me embelesó para siempre hace ya dos décadas. Y pienso que los extremeños tenemos baja la autoestima.
Es verdad que la región está al margen de muchas iniciativas y proyectos empresariales, pero por otro lado contamos con inmensos recursos y el ingenio suficiente como para dar forma a propuestas propias. Y creo, también, que los propios extremeños nos conocemos poco. Este verano, en Santillana del Mar, entré en una tienda y su responsable al ver que era extremeño comenzó a destilar amor por una región a que acudía con gran frecuencia, fundamentalmente a comprar artesanías en Guadalupe. Pero Emilio demostraba además un conocimiento de la comunidad, desde Olivenza a La Garganta, envidiable. Aquel hombre estaba orgulloso de Extremadura, mucho más que algunos extremeños. Los cohetes y las procesiones con las patronas locales han enmudecido este fin de semana. Ahora espero que quienes nos gobiernan, sean del signo que sean, sepan sacarnos del inmenso atolladero en el que estamos. Hay mucho en juego, nuestro futuro y el de nuestros hijos en esta tierra hermosa. Creo que todo empieza por tomar conciencia del inmenso potencial que tenemos. Estamos aún a tiempo.Refrán: Extremadura dura, pero también ternura.