martes, 11 de octubre de 2022

Alaridos machistas

Las imágenes del Colegio Mayor Elías Ahuja tienen un indudable poder hipnótico, pero ello no debe impedir que deban ser calificadas como verdadera exhibición de la naturaleza humana más cavernaria. Me recuerdan mucho a las películas de la serie de El Planeta de los Simios donde el primate alfa lanza sus exabruptos en medio de la aprobación general de la masa a través de gritos guturales y movimientos espasmódicos. Es un triste trasunto de nuestra sociedad y nuestra política, plagada de machos alfa a los que todos jalean con expresiones borreguiles sin sentido crítico ninguno, en medio de la complacencia general.

Creía que este tipo de comportamientos ya había desaparecido bajo las múltiples campañas contra la violencia machista. Me equivocaba, crasamente. En esos reductos donde se forman las élites de nuestro país se maceran a fuego lento comportamientos machistas inaceptables a todas luces y, lo que es más grave, se perpetúan en nuestros jóvenes y futuros dirigentes. Sigo sin saber en qué parte del sistema educativo hemos fallado, no solo para que los muchachos tengan esa visión exclusivamente genital de la existencia. También es sorprendente que algunas de las chicas a las que iban dirigidas esos insultos y actitudes amenazantes las consideren una «tradición» o parte de un cortejo sexual.

Recuerdo que cuando estudiaba la carrera, mientras yo pasaba penurias , un compañero que vivía en uno de esos colegios mayores de élite no pegaba ni chapa. Solo venía a clase los viernes a fotocopiar los apuntes de la semana. Sabía que tendría trabajo a por enchufe familiar al acabar la carrera. Cuando le pregunté por qué no venía a clase me respondió que su colegio mayor era un hotel de cinco estrellas y que cómo iba a salir de allí con lo bien que estaba. Pues nada, ahora es un triunfador con un gran poder decisorio sobre nuestra sociedad. Refrán: Triste y sola, sola se queda Fonseca...