martes, 6 de febrero de 2024

Plasencia y Sevilla 'too much gay'

Estamos acostumbrados actualmente a una sobreexposición informativa que para algunos ya se ha convertido en adictiva y que nos convierte cada día en seres humanos más desgraciados, en una caricatura muy simple de lo que éramos cuando no había redes sociales y solo existían medios de comunicación tradicionales. Al final, todo se reduce a encasillarnos y etiquetarnos con estereotipos como ‘facha’, ‘progre’, ‘feminazi'… Ya todos somos meras etiquetas. Esta suministración de información se asemeja mucho a la que realizan los traficantes de droga.  

¿Quiénes son los que generan esas noticias que buscan enervarte nada más leer el periódico? Pues en gran parte son los que pagamos con nuestros impuestos para que nos hagan la vida mejor, pero que, en realidad, lo que hacen es crearnos más conflictos inventados por ellos. Para salvar el expediente a veces se ocupan de cuestiones que realmente nos atañen, pero desengáñense, es sólo un paripé. Al circo mediático actual se suma una legión de influenciadores en redes sociales y en televisión que ganan dinero cabreándonos y de fastidiándonos la jornada con informaciones descontextualizadas, mientras los ciudadanos, todos los días, abrimos el teléfono en busca inconscientemente de nuestra dosis de amarillismo informativo.

Necesitamos un cambio general. Los medios tradicionales debemos apartarnos de estas informaciones que solo nos producen alteración de las pulsaciones y hacer un periodismo que explique la realidad antes de someterla a un juicio sumarísimo.

Es lo que ha sucedo con la promoción turística del Ayuntamiento de Plasencia de su Martes Mayor en Fitur. El ayuntamiento Ha contratado a El Gato con Jotas para hacer un videoclip y una canción que pronto se ha convertido en viral por levantar la polémica. Para muchos la interpretación es «demasiado gay». Yo de eso no entiendo, pero sí de que en una feria en la que participan cientos de estands, Plasencia y su mercado tradicional han tenido mayor difusión que muchas ciudades con presupuestos promocionales delirantes. Eso se llama inteligencia. Hasta un tertuliano televisivo como Gonzalo Miró argumenta que lo único que le transmite el vídeo es que en Plasencia se lo pasan muy bien. Lo mismo ha pasado con el cartel de la Semana Santa de Sevilla, también para algunos con un Cristo Resucitado afeminado, cuando el artista solo ha empleado como modelo a su hijo. Tenemos que abandonar polarizaciones y mirar la realidad con ojos más inocentes. Y esa es una asignatura pendiente de los medios de comunicación actuales, abducidos por la perversa esclavitud del like y el click.