martes, 18 de abril de 2017

La mercadotecnia de El Fori en Acehúche

En muchas ocasiones asisto a sesudas conferencias sobre estrategias de marketing y promoción turística, en las que el ponente hace exhaustivos estudios sobre cómo atraer a más viajeros a Extremadura. Pero quizá estén equivocados en sus planteamientos.

Hace unas semanas, tras visitar la Feria del Queso de Cabra de Acehúche salí a explorar los establecimientos de restauración del pueblo que acoge esa muestra especializada. El queso da sed y la barra del pabellón deportivo donde se desarrollaba estaba saturada, así que decidí darme un garbeo en busca de un bar. Entonces me topé con un establecimiento sin apenas rótulo, que desde fuera parece una casa particular, con su cortinilla de plástico. Dentro, la primera impresión es la de un bar de pueblo con sus fotos de chicas voluptuosas en las paredes, venta de gorras para el sol del campo, quincallería variada, e incluso una de esas horrendas gafas de sol gigantes que lucen en la Puerta del Sol en Nochevieja.

El panorama se completaba con un comedor que a la vez se utilizaba como almacén de productos del bar. Incluso era visible una caja de dulces con una guitarra flamenca encima. El equipo de sonido estaba en el centro del local, con cables por todos lados.

Más detalles. En la zona del camarero había una suerte de decoración barroca de botellas de licor e incluso una caja de pegamento para la dentadura postiza encima de la registradora. Pero Sinforiano (‘Fori’) nos puso unas cañas y como es hombre de gran volumen corporal y de palique agradable decidió ponernos, sin pedírselas, raciones de platos que él cocinaba con una maestría digna de un auténtico chef: chanfaína, arroz, platos de callos, altramuces... Exquisitas.Su hospitalidad y cariño sobrepasaron con creces cualquier atención de un restaurante de la Guía Michelín.