martes, 9 de junio de 2015

Adiós al poeta Castelo

Adiós al poeta Castelo de Granja de Torrehermosa. Adiós a sus abrazos de oso y a su voz maravillosa. Adiós a su 'Memorial de ausencias', y a su verbo luminoso que tiene siempre vigencia. Adiós al poeta Castelo, y también al periodista que leía con celo las galeradas que esculpía. Adiós al escritor extremeño que hablaba con la mirada y bordaba un soneto sobre "qué hacer con tanta nada". Adiós al poeta Castelo que lo mismo montaba un 'Quilombo' que le daba forma precisa a 'Esta luz sin contorno'. Adiós al poeta Castelo que ayudaba siempre al novato y tenía siempre un rato para darte un consejo. Adiós al poeta Castelo que siempre me examina y al verme me dice con sorna: "¡Ventura, hazme una rima!". Adiós al autor de 'Cuaderno de verano' cuya mano siempre acertaba cuando escribía. Adiós al hombre: en las hemerotecas se queda el rey de las entrevistas. Adiós al poeta Castelo que sembró en su pueblo el consuelo de la poesía. Adiós al poeta Castelo que nos abría las puertas y sufría en silencio los avatares de la vida. Adiós al hombre que siempre escuchaba las cuitas de los redactores y les regalaba una sonrisa. Adiós al poeta Castelo, eterno invitado a las ferias del libro, director de la Real Academia, experto en los equilibrios de la polisemia. Adiós al hombre y a su abanico, al pregonero universal y al prologuista prolífico. Adiós Santiago Castelo: tu voz remueve conciencias desde lo más profundo del cielo, y allí en una tertulia de poetas seguirá tu ser de violonchelo montándonos una fiesta. Adiós, hermosura, adiós al periodista poeta de Extremadura.