lunes, 8 de febrero de 2016

El último 'boogie' de Maurice White

Cuando un músico fallece parece que algo se pierde para siempre, aunque queden sus composiciones en la memoria de todos. Se va la posibilidad de que de su ingenio broten nuevas melodías, de que su peculiar forma de distribuir notas en el pentagrama vuelva a estremecernos. Es lo que me pasó la semana pasada con Maurice White , fundador de Earth, Wind & Fire, una formación mítica que nos enseñó a bailar a finales de los 70. Otro grande que se nos va casi sin hacer ruido. Maurice murió de forma tranquila, mientras dormía, después de una larga lucha contra el párkinson que le había llevado a abandonar los escenarios. Su vida, como la de tantos músicos, fue una lucha constante por abrirse hueco en el complejo panorama de la interpretación y la composición. Era batería y también vocalista. Tenía una voz cálida con la que también hacía unos falsetes muy en boga en aquella época. Fue músico profesional y con esa faceta grabó discos acompañando a grandes artistas hasta que fundó su mítica banda en 1969, el año de mi nacimiento. Su primer disco, un par de años después, y con muchos muchos músicos entrando y saliendo de esa formación con una estética muy particular y avanzada para su época. 'Tierra, viento y fuego', de estos tres elementos efectivamente parecen estar construidas sus canciones. September o Boogie Wonderland son sus temas más conocidos, en las que la multitudinaria formación mezcló ritmos y texturas desde el funk, disco, sonidos africanos, con maestría y buen gusto. Dejó el grupo en la década de los noventa, pero Maurice nunca paró de componer, de escribir, de crear. Su último trabajo se publicó en el 2013. Now, Then & Forever tiene un título que suena a despedida, pero en Maurice White no será así: Siempre bailaremos sus embelesantes ritmos como auténticos posesos. Siempre habrá para recordar un septiembre en el que nos enamoramos. Refrán: Baila Antón según le hacen el son.