martes, 8 de junio de 2010

Empresarios de cine

Ahora que se acercan los premios Empresario Extremeño del Año recuerdo cómo eran estos cuando empecé a entrevistarles hace dos décadas. Algunos hacían los balances en cuadernos cuadriculados de espiral y para ellos las normas de calidad o de medio ambiente sencillamente no existían. Todo ha cambiado muchísimo. Ahora los empresarios extremeños protagonizan películas, realizan increíbles pruebas físicas y abren sus mentes a experiencias inusitadas de crecimiento interior. El pasado viernes se proyectó en el Gran Teatro un largometraje sobre las últimas vivencias del Extremadura Bussines School, una escuela de negocios que, por supuesto, hace veinte años era impensable. Cuando yo estudiaba Empresa Informativa las pasaba canutas aprendiendo contabilidad con un profesor de chaqueta azul y corbata negra con muy mala baba. Pues ahora todo ha cambiado radicalmente. Los profesores son chamanes, se visten de indios navajos y se decoran la cara con pinturas de guerra. En serio, lo he visto. Más de medio centenar de miembros la élite directiva extremeña dividida en equipos ha estado en Utah sometiéndose a una metamorfosis personal a través de distintos retos. También, por supuesto, han mantenido entrevistas convencionales con autoridades en Salt Lake City. Hasta les dio tiempo a algunos para casarse en Las Vegas. Que se vistan de Elvis, Marilyn , indio sioux o lagarterana pero que empiecen ya a crear empleo, riqueza y tejido empresarial. Pero ya. El método es lo de menos, lo importante son los resultados. Por el ambiente que vi en el Gran Teatro parece que van por buen camino. Refrán: A los empresarios les gustan las asambleas porque ellos las inventaron.