martes, 23 de agosto de 2016

Luis Eduardo Aute: queda la música

 La noticia del grave infarto de Luis Eduardo Aute ha sido un golpe duro en este verano de calor y desencuentros políticos. Actualmente, el polifacético artista se recupera en el Gregorio Marañón de Madrid. Son muchos los mensajes de apoyo que está recibiendo. Aute significa --en estos momentos de zozobra más que nunca-- mucho para una gran parte de los españoles, especialmente la que sufrió la dictadura de Franco . Compuso la mítica canción Al alba , todo un himno contra la pena de muerte que millones de personas en todo el mundo conocen. Sin embargo, en este país de porteras, genios como él están guardados en el trastero. Su producción musical es muy extensa, con canciones de hondo significado para todos, especialmente con un gusto exquisito para temas como el deseo carnal, el cine, el amor y el desamor. Recuerdo una genial, llamada Queda la música sobre una pareja rota. Aute ha sido, y es, una especie de padre moral para muchos cantautores, como en ocasiones ha reconocido Ismael Serrano . Pero también es un artista total, que maneja con maestría el cine, la interpretación, la escultura, la escritura, la pintura y la poesía. Su película 'Un perro llamado dolor' es una obra maestra sobre la relación entre modelo y artista. Y su compromiso con las causas sociales es enorme y muy sincero. Le recuerdo hace diez años en el Auditorio de Cáceres, cantando a capella La belleza , un tema en el que se declara "enemigo de la guerra y su reverso, la medalla". En 2015 fue cabeza de cartel del Festival Europa Sur, en la cacereña plaza de las Veletas. La potencia vocal ya no era la de su juventud, pero su excelencia y gusto interpretativo destacaba ante las centenarias piedras. No es hombre de homenajes, pero yo estoy cansado de que en este país el talento no se reconozca o se haga siempre pre o postmortem. Hasta parece que la libertad que respiramos cada día llegó por arte de magia. Pero se la debemos a muchos, como Luis Eduardo Aute que supo cantarle a la cara al dictador sus miserias vitales y morales. Refrán: Quiero que no me abandones, amor mío, al alba.