martes, 3 de marzo de 2020

Extremadura en ‘Un país para escucharlo’

Hace exactamente una semana que Ariel Rot en su periplo musical y emocional por España hizo parada y fonda en Extremadura. ‘Un país para escucharlo’, que quedará en los anales de la televisión de calidad, se emitía, como siempre, a un horario intempestivo, con los músicos extremeños como protagonistas. La televisión pública, ahora tocada y hundida por los canales de pago online, también tiene momentos de gloria como éste, aunque ya sabemos que son el canto del cisne de una forma de comunicar que piensa primero en la cultura y no en los réditos de la audiencia.

Con Nacho Campillo como cicerone, el conductor del programa muestra su talento acompañando a la guitarra con un virtuosismo inusitado a Susan Santos, Gecko Turner y Duende Josele. Lo que quedó claro es que en la región se hace música de calidad y que muchos de estos valientes son más apreciados fuera de nuestras fronteras que dentro. Gene cantando en la muralla pacense con la torre de Espantaperros al fondo y acompañado solo de un contrabajo es impagable. Porque no solo hubo acierto en los músicos elegidos –aunque también hubo ausencias notables- sino también en los escenarios en los que derrocharon arte. Pablo Guerrero, en el Museo Vostell, entonando su himno ‘A cantaros’, mientras apura el hilillo de voz que le queda junto a Luis Mendo, tiene tintes de epopeya. Acetre, frente al puente Ajuda, en medio de la dehesa rayana, roza lo mítico.

Aplaudo este programa que es un oasis en un panorama catódico dominado por las proezas sexuales de los protagonistas de los realitys shows y las tertulias de comadres donde se airean las adicciones del famoseo cañí. Mi aplauso para La 2 de RTVE. Hacen faltan más programas como éste. El esfuerzo de producirlos es titánico y el beneficio económico cero. El gran talento musical extremeño quedó palmario. Refrán: El que tenga oídos que oiga. (Mateo 13:9-15).