martes, 7 de septiembre de 2010

Sueño Extremadura

Hoy, día en que se entregan las Medallas de Extremadura y se hace un acto de afirmación regional previo al 8-S, quiero contarles cuál es la Extremadura con la que sueño a diario. Quisiera que mañana Extremadura se despertara sin paro, sin familias que sufren por llevar algo caliente al puchero. Quisiera que el acceso a ese trabajo no estuviera mediatizado por amiguismos, clientelismos o vasallajes de cualquier signo, ni a nadie. Que todos recibieran de acuerdo con su esfuerzo, dedicación y valía.
Quisiera una Extremadura que fuera conocida y reconocida por su producción cultural de calidad, por sus músicos, escritores y artistas libres. Que no hubiera más limitación que el respeto a los demás en la creación.
Quisiera una Extremadura donde no hubiera sitio para señoritos cortijeros, para absentistas, para explotadores, para prepotentes de cualquier procedencia o pelaje. Anhelo una región sin el sambenito del subdesarrollo ni de estar a la cola en todo. Sueño con una región que sabe compaginar el necesario crecimiento industrial y la naturaleza en armonía, en la que el respeto a la naturaleza se transmite entre generaciones como un gran tesoro. Deseo una comunidad en paz, que se construye sobre el diálogo, en la que todos los ciudadanos se ponen en el lugar del otro a la hora de reivindicar o proponer.
Quiero pensar que estamos todos en ese camino, que esta región es un lugar donde encontrarse, donde construir sin destruir a nadie, en la que todos --al margen de ideologías-- podamos entendernos en paz, y experimentar una sencilla alegría cada amanecer. Refrán: El cerdo no sueña con rosas, sino con bellotas.